sábado, 7 de agosto de 2010

Obsess [Cap. 6]

Capitulo 6

Al fin, la cena había dado inicio, Yabu, Daiki y Kei no dejaban de conversar, se escuchaban muchas voces, todo el mundo en la misma mesa pero platicando de cosas completamente diferentes. En cuanto todos terminaron de cenar, los sirvientes comenzaron a llenar las copas de los invitados con vino tinto, acto seguido, el padre de Yabu se puso de pie y el brindis por el regreso de su hijo dio inicio, dejando así aplausos y sonrisas.
Después de un rato, el baile había dado inicio, y las parejas comenzaron a bailar al ritmo de aquel elegante vals, mientras que los tres amigos se hacían a un lado para poder conversar mejor.
-Así que ahora comenzaras a trabajar junto con tu padre e iniciaras nuevos proyectos, que interesante-
Dijo Kei con una sonrisa.
-Algo así, pero no quiero que hablemos de esas cosas, por que no mejor me cuentan que ha pasado-
-Bueno, no hay mucho que contar-
Declaro Kei en un suspiro.
-Así es, las cosas aquí siempre han sido iguales-
Dijo Daiki.
-Vaya… ¿Han visto a Takaki?-
Pregunto Yabu con curiosidad.
-Creí que vendría, fuimos a verlo hace poco-
Dijo Kei con cierto pesar, ante esto Daiki sonrió nerviosamente, esperando que Kei no comenzara a hablar mal de Yuya.
-¿Ah si?-
-Le comentamos de tu regreso y-
-Kei y Takaki pelearon de nuevo, como siempre, ya sabes-
Dijo Daiki interrumpiendo a Kei rápidamente.
-¿Te sigue molestando con lo de la oferta de aquel músico?-
Kei dejó salir un suspiro de fastidio y resignación.
-Bueno, he de aceptar que estoy de acuerdo con lo que Takaki te haya dicho, sabes muy bien lo que opino al respecto-
-Si, lo sé…-
Respondió desviando la mirada.
-Pero no vamos a hablar de eso ahora, mejor cambiemos de tema, no dejamos de vernos por cuatro años solo para pelear ¿no es así?-
Dijo Yabu animadamente mientras se recargaba en el hombro de Kei.
-Así es, mejor cuéntanos como es allá, ¿Qué sitios conociste? ¿Qué clase de gente hay?-
Preguntó Daiki con una sonrisa, Yabu lo observó fijamente y le sonrió con ternura.
-Bueno, además de las intensas clases que tuve todo el tiempo, pase momentos agradables-
-Eso es bueno-
Dijo Kei con entusiasmo, los tres rieron y Yabu comenzó a contar un poco de cómo era su vida en aquel país.
De pronto Kei desvió un poco su mirada, al parecer alguien más había llegado y le resultaba bastante familiar.
-¿Acaso ese no es Takaki?… Y ese otro… ¿Quién es?-

Takaki y Chinen al fin habían llegado a casa de Yabu.
-Yuya-sama…-
-Tranquilo, solo relájate y no hables a menos que yo te lo pida, todo va a estar bien-
Chinen bajó la mirada un poco, suspiró profundo y entró después que Takaki. Al momento de entrar, todas las miradas de la gente de alrededor se posaron, primero sobre el apuesto joven Yuya, pero de inmediato se dirigieron sobre aquel chico apuesto que lo acompañaba, y los murmullos no se hicieron esperar, todo el mundo preguntándose quien era aquel joven, de piel blanca, finas facciones, simplemente apuesto, todos coincidían en que era la compañía ideal para Yuya.
Ambos caminaban por aquel lugar, Takaki saludaba a algunas personas, Chinen permanecía en silencio y solo siguiendo al mayor.
-Mira, ahí están Kei y los demás, vamos, te sentirás mejor si estamos con ellos-
Le dijo Takaki con una sonrisa y comenzó a acercarse a los tres amigos.

Kei observaba como Takaki se aproximaba a ellos.
-Aquí viene-
-¿Eh?-
Preguntó Yabu, quien al ver a Takaki acercarse dejó salir una sonrisa.
-¡Yuya! Me alegra ver que estas aquí-
En cuanto Takaki estuvo cerca, se acercó a Yabu.
-El hijo prodigo regreso, quien lo diría-
Dijo con una sonrisa burlona y abrazó a Yabu, Chinen permaneció detrás de Takaki todo el tiempo.
-Deja de llamarme así, me extraña ver que has venido, a ti no te agradan esta clase de eventos-
-Me alegra que aun recuerdes eso, puesto que no pienso quedarme mucho tiempo, he venido a verte con mis propios ojos, me alegra saber que estas bien-
Dijo esta vez con una franca sonrisa.
-Igual tu, has cambiado bastante, pero dime, ¿Quién es este joven que te acompaña?-
Preguntó Yabu señalando a Chinen.
-Ah, pues el es Yuri, le pedí que viniera conmigo-
-¿Eh?-
Exclamó Yabu.
-El pequeño Chinen… ¿Eres tu?-
Estaba sorprendido.
-Buenas noches, joven Kota-
-Increíble, me has sorprendido Chinen-kun-
Dijo con una sonrisa. Chinen simplemente bajó un poco la mirada.
-No cabe duda de que Chinen es un chico muy apuesto, todas las chicas no dejan de observarlo-
Comentó Daiki con una sonrisa, un poco enfadado, Yuya miró a su alrededor y efectivamente, muchas chicas miraban a Chinen anhelando poder tan siquiera poder bailar con el.
-Imagino que si Kei arregla así de elegante a su hermano Ryutaro también llamaría la atención, después de todo son hermanos ¿no?-
Dijo Yabu con una sonrisa, a lo que Kei respondió.
-Bueno, no son hermanos de sangre, por lo que no luciría igual que Chinen, ¿cierto?-
Kei le sonrió a Chinen el cual asintió con la misma sonrisa.
-Eso no lo sabía…-
Dijo Yabu un poco confundido.
-Bueno, no tienes por que saberlo todo siempre-
Dijo Kei en tono de broma.
-Pero al menos es más inteligente que tu-
Dijo Takaki con cierta burla.
-Vamos chicos, no comiencen-
Dijo Yabu para tratar de evitar le evidente pelea que se asomaba entre Kei y Yuya.
-De acuerdo, como tu digas-
Dijo Yuya con cierto fastidio, ante estas palabras, Daiki y Chinen dejaron escapar un suspiro casi al mismo tiempo.
-¿Y en donde esta Yuto-kun?-
Preguntó Daiki curioso.
-No lo sé, debe andar por ahí ayudando en algunas cosas, no lo he visto en un buen rato-
Respondió Yabu mientras miraba a su alrededor.

Ryosuke y Yuto se encontraban en un pequeño lugar terminando de comer.
-Quede satisfecho-
Dijo Ryosuke mientras dejaba escapar un suspiro.
-Igual yo, extrañaba la comida de este lugar-
Dijo Yuto mientras miraba a su alrededor, una pequeña cabaña, con mesas y sillas de madera, ligeramente alumbrada por unas cuantas velas colocadas alrededor del lugar.
-Yo vengo de ves en cuando con Ryutaro… ¡Ryutaro!-
Exclamó poniéndose de pie rápidamente.
-¿Qué ocurre?-
Preguntó Yuto extrañado ante la preocupación de Ryosuke.
-Olvide llevarle la cena… rayos…-
-¿La cena?-
Yuto seguía sin entender.
-Lo que sucede es que hace poco se lastimo el pie, no debe ponerse de pie ni tratar de hacer mucho esfuerzo, y yo me encargo de llevarle la comida… ahora seguro estará molesto conmigo-
Dijo Ryosuke mientras dejaba escapar un suspiro.
-¿Y que no puede hacerlo alguien más?-
Preguntó Yuto con cierta frialdad.
-Supongo… pero aún así me preocupa, ¿y si vamos a verlo?-
Pregunto Ryosuke entusiasmado.
-Si eso te tranquiliza un poco… ¿Por qué no?-
-Será divertido-
-¿Desde cuando eres tan cercano a Ryutaro?-
Preguntó Yuto mientras se ponía de pie y comenzaba a caminar rumbo a la salida, Ryosuke se extraño ante el comentario y torpemente comenzó a seguirlo para darle alcance.
-¿Cómo que desde cuando soy tan cercano a Ryutaro?-
Yuto abrió la puerta del lugar y salió, detrás de el lo hizo Ryosuke.
-Antes ni le hablabas-
-Si le hablaba, solo que muy poco…-
-¿Y ahora que hace que eso haya cambiado?-
Preguntó Yuto indiferente mientras seguía caminando.
-Bueno… después de que te fuiste… no tuve con quien salir, con quien hablar, entonces poco a poco Ryutaro y yo nos hicimos amigos-
Dijo Ryosuke sinceramente, de pronto Yuto se detuvo, ahora que todo estaba obscuro no había gente afuera, por lo que pudo actuar sin preocupaciones.
-No me gusta que te preocupes tanto por el-
Dijo Yuto deteniéndose, Ryosuke lo miró extrañado.
-¿Por qué? El también es mi amigo, además esta lastimado, no tiene nada de malo que me preocupe por el-
Reclamó Ryosuke deteniéndose justo frente a Yuto.
-Esta bien, si así estas feliz, adelante, vayamos con tu amiguito-
Dijo Yuto de mal humor comenzando a caminar nuevamente, Ryosuke estaba confundido, ¿Por qué Yuto actuaba de esa manera tan repentinamente?

El baile avanzaba de maravilla, se respiraba un buen ambiente, parejas bailando, gente conversando amenamente, y sobre todo, cuatro chicos apuestos sentados en la sala conversando, mientras que uno estaba de pie con un porte, que para las chicas, era muy elegante.
-¿Quién es ese chico?-
Murmuraban sin parar, pero al parecer el aludido no prestaba atención a todo eso.
-Tal parece que Chinen-kun se aburre-
Comentó Yabu en forma de broma.
-Estaría más cómodo si Yuto-kun estuviese aquí-
Dijo Daiki con la misma sonrisa.
-Ah… es verdad, no lo he visto… ¿En dónde estará?-
Yabu miraba a su alrededor en busca del chico, pero no lograba verlo por ningún lado.
-Tal vez este en otro lugar-
Dijo Takaki de mala gana.
-Puede ser, bueno, lo dejaré, después de todo hace mucho que extraña a sus amigos y debió haber salido un rato-
-Eres muy complaciente con tu sirviente Yabu-
Le dijo Kei un poco serio.
-No creo que eso sea malo, después de todo, Yuto es como un amigo para mi-
-Bueno, al menos para ti es un amigo, otros se creen como un padre-
Dijo Daiki en tono sarcástico refiriéndose, obviamente, a Kei.
-Tengo hambre, ¿Qué tienen de bocadillos?-
Preguntó Takaki curioso.
-Si hubieses llegado más temprano habrías llegado a la cena-
Reclamó Yabu.
-Sabes que a este tipo de eventos nunca soy puntual, agradece que vine-
Dijo Takaki con cierto fastidio.
-Yuya-sama, ¿Quiere que le traiga algo de comer?-
Preguntó Chinen discretamente.
-Gracias-
Dijo Takaki con una sonrisa, Chinen le sonrió de vuelta y se dio media vuelta, caminando rumbo a la mesa de bocadillos.
-Ustedes son tan… cercanos-
Dijo Yabu mientras suspiraba.
-¿Qué quieres decir con eso?-
Preguntó Takaki mientras ocultaba torpemente su sonrisa.
-Ambos se sonríen tan tiernamente, son realmente adorables-
Dijo Yabu mientras volvía a suspirar. Takaki no dijo nada, simplemente se cruzó de brazos y desvió la mirada. Después de eso, los chicos cambiaron el tema de conversación, volviendo a platicar de todo lo pendiente que tenían por contarse.
Mientras tanto, Chinen caminaba rumbo a la mesa de bocadillos, sintiendo las miradas de todas las chicas, estaba sintiéndose realmente incomodo y justo unos cuantos pasos para llegar, fue interceptado por una chica, la cual portaba elegantemente un vestido color marrón, muy hermoso, y una coqueta sonrisa en el rostro.
-Disculpe joven, ¿Nos conocemos?-
Chinen la miró tímidamente y bajó ligeramente la vista.
-Me temo que no señorita-
-Vaya… pero que desgracia, bueno, ya que no nos conocemos, me agradaría mucho poder conversar un poco con usted, si esta de acuerdo-
La chica se acercaba provocativamente a Chinen, pero sabiamente guardando cierta distancia, después de todo sabía como acercarse a un hombre sin parecer una cualquiera.
-Lo siento mucho, pero debo cumplir con un asunto, si me disculpa-
Le dijo Chinen con una sonrisa, y dicho esto se hizo a un lado para así poder continuar con su camino. Pero la chica no estaba dispuesta a darse por vencida, así que comenzó a seguirlo mientras trataba de hablar con el.

Los chicos reían y conversaban muy amenamente, cuando de pronto algo llamó la atención de Kei.
-Vaya, al fin una se ánimo a acercarse, parece que Chinen-kun no tiene problemas para hablar con las chicas-
Este comentario hizo que en el rostro de Takaki se asomara una sorpresa enorme, haciendo girarse para ver hacia donde se encontraba Chinen, el cual parecía estar disfrutando de la platica con esa chica extraña. Pero lo que Takaki no sabía era que el menor solo trataba de ser cortés con la joven, después de todo era lo que mejor sabía hacer, pero lo hacía sin ninguna intensión de cortejarla.
-Al menos no se aburrirá-
Comentó Daiki con una sonrisa, Yabu observó primero a Daiki, y después analizaba el rostro de Yuya.
-Creo que es hora de irme, ya estoy cansado, nos veremos en otra ocasión, fue un gusto estar con ustedes chicos-
Dijo Takaki mientras se ponía de pie y se acomodaba ligeramente el saco.
-¿Te vas tan pronto?-
Preguntó Daiki.
-Al parecer algo incomoda a Yuya y es peligroso cuando esta de mal humor, así que te dejaré ir por hoy, te visitaré en estos días-
Dijo Yabu con una sonrisa mientras arqueaba ligeramente la ceja.
-Ya saben que no duro mucho rodeado de tanta gente, y he llegado a mi limite-
Respondió torpemente.
-Si claro, como tu digas amigo-
Le dijo Yabu mientras le daba unas palmaditas en la espalda.
-Nos veremos luego, ve con cuidado-
Le dijo Kei con una amigable sonrisa, a la que Yuya respondió con dificultad, estaba muy ansioso y no podía demostrarlo.
-Te visitaremos pronto-
Dijo Daiki mientras se despedía de el.
-Nos vemos-
Dijo torpemente mientras caminaba en dirección a Chinen.

-¿Me dirás de que familia provienes?-
Chinen no respondió y continuo intentando tomar algún bocadillo, pero era algo difícil con aquella chica bloqueándole el camino.
-Me gustaría que me hicieras el honor de bailar conmigo esta pieza-
Dijo la chica mientras que tocaba el hombro de Chinen y se acercaba un poco más, el menor no encontraba las palabras para rechazarla. Pero de pronto otra mano tomo el otro hombro de Chinen, haciéndolo un poco hacia atrás solo para lograr que la chica se alejara.
-Disculpe señorita, pero debo llevarme a mi sirviente, Chinen-kun, ve a preparar el carruaje-
Esto último lo dijo con un poco de dureza, Yuri se sintió mal, era la primera vez que lo llamaba de esa forma.
-Si… Yu… joven Takaki-
Y sin más, se dio media vuelta para salir en busca del carruaje, tratando de ocultar su rostro del resto de la gente que lo observaba curiosa. Yuya se sentía mal, le había hablado muy duramente a Chinen, se sentía furioso consigo mismo y con el, ¿Por qué tenía que aparentar ser tan amable con esa chica?
Molesto, miró fríamente a la joven, se dio media vuelta y se marcho a paso lento, sin mirar a su alrededor, solo concentrado en llegar a la salida.

Chinen ya estaba afuera, de pie junto al carruaje, el cual ya tenía la puerta abierta, simplemente esperando a que Yuya llegase, quien no tardó mucho en llegar y subió de inmediato, Chinen estaba por cerrar la puerta cuando Takaki notó que este no había subido aún.
-¿Qué no vas a subir?-
-No es correcto que los sirvientes viajemos junto a los amos, puedo volver caminando-
Respondió lo más serio que pudo, sin mirar a Yuya.
-Deja de decir tonterias y sube-
Dijo el mayor con cierto fastidio.
-Disculpe joven Takaki… pero no puedo complacerlo con tantos caprichos-
Dicho esto cerro la puerta de un solo golpe y le dio la señal al chofer, el cual de inmediato tiró de las riendas y los caballos comenzaron a caminar.
Takaki, un poco molesto, asomó su cabeza por la pequeña ventana.
-¡¿Pero que demonios te pasa?!-
Le grito mientras se alejaba más y más, Chinen solo se reverencio y espero hasta no escuchar el sonido de los caballos que llevaban el carruaje.
-Yuya-sama…-
Dijo en voz baja mientras observaba a lo lejos aquel carruaje, su mirada era una llena de tristeza, pero sabía que eso era lo correcto, y sin más, comenzó a caminar de regreso, pensando en que tal vez Yuya pudiese recibirlo con un fuerte regaño.

Yuto y Ryosuke estaban a escasos pasos de llegar al cuarto en donde se encontraba Ryutaro.
-Solo quiero ver que al menos ya comió algo-
Dijo Ryosuke tímidamente al notar el fastidio en el rostro de Yuto.
-¿Y después?-
-¿Eh?-
-Bueno, eso lo decidiré yo-
Al decir esto, una sonrisa siniestra se dibujó en el rostro de Yuto, mientras que Ryosuke no comprendía lo que esto quería decir.
Al abrir la puerta, se encontraron con un Ryutaro sumergido en aquel libro.
-Al menos deberías tocar-
Dijo el chico sin despegar la vista de aquel libro.
-Disculpa… siempre se me olvida-
Respondió Ryosuke con voz torpe.
-¿Podemos pasar?-
-¿Podemos?-
Preguntó Ryutaro confuso, fue así como interrumpió su lectura para ver quien acompañaba a Ryosuke, al ver a Yuto se sorprendió bastante.
-Vaya… claro, adelante-
Dijo con sorpresa mientras cerraba el libro y lo colocaba sobre su pequeño buró de madera.
-Veo que ya cenaste-
Dijo Ryosuke con alivio.
-Si, cuando desperté la comida ya estaba aquí, gracias-
-Bueno, no la traje yo…-
Rió torpemente mientras se rascaba la cabeza.
-Eso no importa, puedo ver que tenías algo importante que hacer-
Dijo observando a Yuto, el cual lo miro con cierto desafío, el cual Ryutaro no le dio importancia.
-Bueno, creo que no es algo que le digas a alguien que tiene cuatro años que no ves-
Dijo Yuto mientras se acercaba un poco más.
-Tienes razón, fui muy descortés, bienvenido Yuto-kun-
Respondió Ryutaro con cordialidad.
-Gracias Ryutaro-kun, es una pena volver y encontrarte enfermo-
-Es solo una lesión, nada de cuidado-
-Veo que tienes a tu amigo quien se preocupa por tu bienestar-
Dijo Yuto refiriéndose a Ryosuke.
-Algo así-
Ryosuke comenzaba a sentir cierta hostilidad en la actitud de Yuto, lo cual comenzaba a volverse muy incómodo, así que decidió intervenir.
-Bueno… ejem… veo que estas bien Ryutaro, ya es tarde y acompañaré a Yuto un poco para que regrese a su casa, nos vemos mañana, descansa-
Dijo mientras se llevaba a Yuto, empujándolo un poco, Ryutaro no dijo nada, solo se limito a observar como Ryosuke sacaba a Yuto y después cerraba la puerta.

-¿Por qué me sacaste así?-
Preguntó Yuto un poco molesto mientras se acomodaba el saco.
-Perdón… ah… pues por nada, creo que ya es tarde, te acompañaré de regreso-
-Si lo que quieres es que me vaya lo hubieses dicho desde el principio-
Dijo con el mismo tono enojado en la voz y comenzó a caminar rumbo a la salida.
-No lo dije por eso… espera-
Le pidió Ryosuke mientras intentaba darle alcance, sin embargo Yuto estaba molesto y no deseaba continuar discutiendo, y justo antes de salir de aquella casa, se detuvo y le dijo seriamente.
-A partir de aquí puedo ir solo, nos veremos luego, cuídate-
Yuto estaba dispuesto a marcharse, pero Ryosuke no iba a permitirlo, no era posible que se fuera de esa forma, así que lo tomó con fuerza del brazo y le dijo con voz firme.
-¡Espera!-
Dicho esto, un silencio se apodero de ellos, Ryosuke no sabía que decir, solo estaba seguro de que no quería que Yuto se marchara, no así.
-¿Qué?-
Preguntó Yuto extrañado.
-No… no te vayas así…-
-¿Así como?-
Preguntó Yuto con cierto fastidio.
-Estas molesto… no comprendo el por qué pero lo estas, no quiero que te vayas así…-
Esta vez Ryosuke bajó un poco la mirada y la fuerza con la que sujetaba a Yuto comenzó a desvanecerse.
-¿Y que quieres que haga?-
Esta vez, Yuto se soltó suavemente del agarre de Ryosuke y se acercó un poco más a el.
-No lo se… solo… no quiero que te vayas…-
Yuto al fin se había dado cuenta de que estaba siendo muy duro con Ryosuke por algo que ahora, parecía sin importancia.
-No puedo quedarme toda la noche-
Le susurró al oído, con aquella voz seductora que a Ryosuke le erizaba la piel.
-Bueno… yo-
-Ya es tarde y debo volver a casa, tal vez necesiten de mi ayuda allá, pero te buscaré mañana, aún tenemos algo de que hablar-
Ante esto último, Ryosuke miró extrañado a Yuto, no tenía ni la más minima idea de que tenían que hablar.
-¿A que te refieres?-
-Bueno, a algo así-
Dijo Yuto con voz seductora, entonces, lentamente se fue acercando al rostro de Ryosuke, con delicadeza acarició su mejilla, haciendo que el mayor suspirara lentamente, al notar esto Yuto sonrió un poco, la distancia entre ellos era realmente corta, ambos podían sentir la suave respiración del otro, Yuto sentía embriagarse ante el aroma de Ryosuke, y este anhelaba que Yuto se acercara más, lo cual hizo, estaban ya tan cerca, que sus labios se rozaron suavemente, al sentir aquel roce, se separaron un centímetro tal vez, Yuto sonrió un poco mientras que Ryosuke separaba un poco sus labios, entonces Yuto volvió a acercarse, y de forma inevitable y casi de inmediato, ambos se besaron, no hubo necesidad de palabras, ambos unieron sus labios y comenzaron a besarse lenta y suavemente, a un ritmo lento y acompasado. Poco a poco Yuto tomó el rostro de Ryosuke con una mano, y con la otra lo tomó por la nuca, el mayor solo se aferró un poco al saco del menor mientras ambos continuaban disfrutando de aquel beso lleno de anhelo, su primero beso.
Lo minutos pasaron, y al fin lograron separarse con cierta dificultad, Ryosuke no tenía el valor de mirar a Yuto a la cara, sentía sus mejillas arder. Sin embargo Yuto sonreía.
-Ahora ya sabes de que tenemos que hablar mañana-
Y dándole un suave beso en la mejilla y despeinándolo un poco, se dio media vuelta y comenzó a marcharse. A Ryosuke le temblaban las rodillas, sentía que si intentaba dar un paso colapsaría, inclusive no podía articular palabra alguna, estaba aún en un cierto estado de shock, así que solo se limitó a observar como Yuto se marchaba.

Después de haber caminado de regreso a casa, se sentía mal, realmente mal, lo menos que deseaba era que Yuya llegase a tratarlo así algún día, y lo peor es que el también había sido ligeramente grosero.
-Le dije caprichoso… ¿qué haré ahora?…-
No tenía deseos de volver, sin embargo debía hacerlo, estaba conciente que pasara lo que pasara, debía afrontarlo, después de todo, si merecía ser castigado por su falta de respeto, pues así lo afrontaría.
Cuando al fin llegó, entro, como de costumbre, por la puerta trasera, ya todo estaba obscuro, en silencio, ante tal inesperada tranquilidad, dejó salir un suspiro, entonces, comenzó a caminar rumbo a su cuarto, gracias a los enormes ventanales que había por el pasillo, la luz de la luna entraba en todo su esplendor, iluminando su camino sin necesidad de una vela, estaba por llegar a su cuarto, cuando una voz hizo que se le erizara la piel.
-Llegas tarde-
Conocía esa voz a la perfección, pero por la falta de luz no podía ver su rostro.
-Lo siento-
-¿Ahora te disculpas?-
Chinen no dijo nada y solo bajo la cabeza.
-Necesito que acomodes mi ropa-
Dicho esto, Takaki se dio media vuelta y se fue, Chinen se quedó extrañado, se esperaba un fuerte grito, algún regaño, no una orden pero estaba seguro de que tal vez lo reñiría al llegar a la habitación, así que sin más comenzó a seguirlo.
En todo el camino, ninguno de los dos dijo nada, antes de llegar a las escaleras, Takaki tomo una vela y continuo con el camino.
Cuando llegaron, Takaki dejó la puerta abierta para que Chinen entrara, lo cual hizo.
-Cierra la puerta-
Le indicó Takaki aún con seriedad mientras comenzaba a encender un par de velas más.
-Voy a cambiarme, cuando termine quiero que guardes mi ropa-
-Si…-
No estaba seguro de querer llamarlo “joven Takaki” como lo había hecho anteriormente, pero tampoco se sentía con la confianza de decirle “Yuya-sama” como de costumbre.
Takaki entró a un cuarto que estaba cerca del baño, después de unos minutos salió ya con su pijama puesta, cubriéndose con una elegante bata a juego, dejó sus elegantes ropas sobre la cama y entró al baño, Yuri se acercó a la cama y comenzó a doblar la ropa.
“-No podemos guardarla… habrá que lavarla… ¿Acaso querrá que la lave ahora?-”
Pensó Yuri mientras sostenía aquel elegante saco, su mirada se clavo en aquella prenda y la imagen de un apuesto Yuya apareció en su mente, formándole una melancólica sonrisa.
-¿Qué haces?-
Al escuchar aquello, se sobresaltó un poco y dejó caer el sacó al suelo.
-Lo siento… solo me preguntaba si desea que mande a lavar estas ropas-
Estaba nervioso, tal vez asustado.
-No, simplemente guárdalas-
Respondió con indiferencia mientras se acercaba a la cama y se sentaba en la orilla, justo a un lado de donde estaba la ropa, y solo se dedico a observa a Yuri como doblaba con delicadeza aquellas prendas.
El silencio los invadió, ninguno de los dos sabía que decir, Yuya estaba comenzando a sentirse ansioso.
-Yuri… ¿Me odias?

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