viernes, 26 de noviembre de 2010

LOVE LOVE LOVE ME? [Cap. 3]

Cap. 3

Al llegar a casa, se disculpó incontables veces con su madre mientras se alistaba y tomaba su desayuno, sin poder ocultar la sonrisa en su rostro.
Su madre estaba molesta, bastante, pero esto no afectaba a Daiki en lo absoluto, estaba feliz, demasiado feliz.
-Me voy a la escuela.
Dijo con entusiasmo mientras terminaba de ponerse los zapatos.
-Tu y yo tenemos que hablar en cuanto vuelvas Daiki.
-Por supuesto madre, hablaremos, ahora debo irme.
Y sin más, salió de casa, con una amplia sonrisa en el rostro, por ese lado su madre se sentía más aliviada, después de todo hacia mucho tiempo que no veía a Daiki sonreír de esa manera y eso era algo realmente satisfactorio.
-Supongo que tendré que cancelar la cita con el psicólogo…
Dijo mientras sonreía y se disponía a comenzar con sus labores hogareñas.

Durante toda la mañana, en clases, Daiki prestó toda su atención e incluso participo más que de costumbre, conversó con sus compañeros, le sonreía a todo el mundo e incluso, a la hora del almuerzo quiso comer más de lo que acostumbraba.
Takaki, Yabu y Hikaru estaban completamente extrañados y sorprendidos, pero sobre todo aliviados por el buen cambio de su amigo.
-¿Se puede saber que pasa contigo?
Preguntó Takaki mientras le revolvía el cabello a Daiki.
-Nada.
Respondió con naturalidad mientras sonreía.
-Estas muy bien esta mañana Dai-chan, ¿a que se debe tu cambio repentino?
Preguntó Hikaru.
-Bueno… es que…
-¿Pasó algo bueno?
Preguntó Yabu, Daiki simplemente asintió con la cabeza.
-Vaya, que bien, algo bueno te ha pasado, ¿se puede saber de que se trata?
Insistió Yabu, los demás se acercaron un poco más para lograr escuchar lo que Daiki tal vez diría, sin embargo lo único que lograron ver fue una sonrisa en su rostro mientras le daba una gran mordida a su bola de arroz.
-¿Qué significa eso eh?
Preguntó Takaki mientras se cruzaba de brazos y observaba algo molesto a Daiki, después de todo no le gustaba tanto misterio.
-Tuvo que haber pasado algo demasiado bueno como para que sonrías de esa manera.
Le dijo Hikaru mientras le daba un golpecito en las costillas.
-Si, algo así.
Fue lo único que dijo, Yabu observó el feliz rostro de su amigo y se sintió mucho más tranquilo, de igual forma Takaki y Hikaru, después de todo el Daiki de antes estaba regresando, podían esperar un poco para saber el motivo de su cambio de ánimo.
-¿Y que no piensas compartir con nosotros eso que te tiene tan feliz?
Preguntó Takaki al mismo tiempo que abrazaba a Daiki y le picaba las costillas. Entre risas Daiki fue capas de responder.
-Por ahora no les puedo decir nada, es hora de ir a clase, ¡nos vemos!
Y sin más, escapó.
-¿Te das cuenta que salió huyendo?
Preguntó Hikaru mientras miraba a Yabu.
-Así es, debe ser algo realmente personal, es probable que este enamorado
-¿Qué te hace pensar eso?
Preguntó Takaki sorprendido.
-Bueno, lo conozco…
-¿Ah si?
-Si, ahora mejor nos vamos o llegaremos tarde.
Dijo Yabu mientras tomaba a Hikaru de la mano y se lo llevaba, dejando a Takaki solo.
-¡¡¿Pero por qué se van?!! ¡¡Aún es temprano!!
Gritó, pero Hikaru y Yabu continuaron tranquilamente con su camino.

El resto del día continuo con normalidad, para Daiki era algo completamente diferente, se sentía tan bien, no podía esperar más para salir e ir con Kei.
En eso pensaba cuando un mensaje llegó a su teléfono celular.

-”Queremos saber lo que te sucede, así que no podrás escapar.
Nos vemos en la entrada de la escuela.
Yabu”-

Cerró el teléfono con un suspiro, no tenía idea de cómo les iba a contar lo ocurrido a sus amigos, ni siquiera él lo comprendía bien, pero de algo estaba seguro, no se arrepentía de aquel sentimiento, aunque le parecía demasiado extraño el hecho de que alguien a quien acababa de conocer le gustase de esa forma, no se lo explicaba, pero nada podía hacer, así se sentía, y era correspondido.
-Pero sigo sin saber mucho de él…
Pensó mientras se cruzaba de brazos y se recargaba en el respaldo de la silla.
-Igual él no sabe mucho de mi… pero es extraño…
Pensativo, comenzó a hacer garabatos en su cuaderno, ya no estaba prestando atención en clase, para su fortuna no fue descubierto por el profesor que impartía la clase en ese momento.
Así transcurrieron las siguientes clases, hasta que al fin el timbre que indicaba el final del día resonó por toda la escuela.
Cansado, comenzó a guardar sus cosas, salió del salón y caminó por los pasillos, con la mirada un poco distante y una inquietud que no se acabaría hasta hablar con Kei. Estaba a punto de salir cuando fue interceptado por Yabu.
-Te estábamos esperando.
Sorprendido, miró al mayor, junto a él estaban Hikaru y Takaki.
-¿Qué ocurre?
Preguntó un poco nervioso.
-Vamos a comer algo, ¿te parece?
-¿A… ahora?
Preguntó inseguro.
-Así es, vamos.
Dijo Yabu con una sonrisa, Hikaru y Takaki se colocaron a ambos lados y se lo llevaron.
-¡No tienen porque llevarme así! ¡Puedo caminar yo solo!
Reclamó mientras era cargado por sus dos amigos, los cuatro estaban por cruzar la salida cuando una voz los detuvo.
-¿A dónde lo llevan?
Hikaru y Takaki se detuvieron en seco, Yabu fue el único que supo ocultar su sorpresa así que fue el primero en responder.
-¿Tú quién eres?
Preguntó calmado, de pronto, Daiki exclamó.
-¡¡Kei!! ¿Qué… que haces aquí?
-Vine por ti.
Respondió con una sonrisa, Takaki y Hikaru observaron fijamente a Daiki y lentamente lo bajaron.
-¿Conoces a ese sujeto?
Preguntó Takaki sorprendido mientras señalaba a Kei.
-Si… lo conozco.
Dijo tímidamente.
-¿Nos vamos?
Preguntó Kei mientras tomaba la mano de Daiki, jalándolo un poco hacia él.
-Espera un segundo… ¿De dónde lo conoces?
Preguntó de nuevo Takaki.
-Bueno… él es… el chico que les conté ayer… Inoo Kei.
Dijo tímidamente mientras agachaba la mirada.
-Mucho gusto, ¿ustedes son amigos de Daiki?
Dijo Kei con una sonrisa.
-Si, lo somos.
Dijo Hikaru sin dejar de lucir sorprendido.
-Bien, mucho gusto, ahora si me disculpan me llevaré a Daiki.
Y sin más, comenzó a caminar a paso ligeramente apresurado, tomando la mano de Daiki para que caminara junto a él.
En cuanto se alejaron, Takaki fue el primero en reaccionar negativamente.
-¿Es el sujeto que apenas conoce? ¿Pero que se cree?
-Tranquilo, deja de comportarte como si fueras padre de Daiki, creo que ya entiendo todo.
Dijo Yabu mientras se cruzaba de brazos y observaba como Daiki y Kei se alejaban.
-¿Qué es lo que quieres decir?
Preguntó Hikaru curioso.
-Es evidente, ¿no lo crees?
Dijo con una sonrisa, al parecer Hikaru entendió el mensaje.
-Ya veo… por eso estaba de tan buen humor.
-¿Qué? ¿De qué hablan ustedes dos?
Preguntó Takaki confundido.
-Al parecer Daiki y ese chico tienen algo más que amistad, ¿Qué hará ahora el padre sobre protector eh?
Dijo Yabu con una sonrisa burlona.
-¿Estas diciendo que Daiki sale con ese sujeto sin siquiera conocerlo?
Preguntó ligeramente molesto.
-Eso parece, bien, ya que nuestros planes se arruinaron, Hikaru y yo nos iremos, adiós.
Y conservando aquella sonrisa burlona, se acercó a Hikaru, ambos se tomaron de la mano y se alejaron a paso lento, dejando a Takaki solo y aún en un estado de conmoción.
-¡Eso no puede ser!
Gritó, y de pronto pudo sentir un fuerte golpe en la cabeza.
-Ya deja de meterte en la vida del pobre Daiki ¿Qué no comprendes que ahora es feliz?
Sorprendido, miró a la persona que le hablaba.
-Chinen…
-Deja de comportarte como si fueras su padre o comenzaré a pensar que tienes otra clase de sentimientos hacia él.
Reclamó Chinen mientras se cruzaba de brazos.
-No es eso… siempre hemos sido así… no puedo evitarlo, en verdad que no puedo evitar preocuparme.
Chinen dejó escapar un suspiro ante tal comentario y le dio la espalda a Takaki.
-Eres un tonto.
Estaba dispuesto a marcharse cuando Takaki lo abrazó tiernamente, recargado su barbilla en el hombro de Chinen.
-Lo siento, no me mal interpretes, sabes lo mucho que te quiero, no tienes porque dudarlo.
Dicho esto, depósito un suave beso en la mejilla de Chinen, este sonrió y se giró para ver a Takaki.
-Entonces no actúes tan protector con Daiki.
-¿Estas celoso?
Preguntó Takaki con una sonrisa burlona en el rostro.
-Si
Respondió Chinen ligeramente serio.
-No seas tonto.
Le dijo Takaki con una sonrisa solo para después darle un tierno beso y abrazarlo con fuerza. Al separarse un poco, Takaki preguntó.
-¿Te acompaño a casa?
Chinen se quedó pensativo, sonrió traviesamente y jaló a Takaki de la camisa para acercarlo a su rostro.
-Me la debes.
De nueva cuenta se besaron y después comenzaron a caminar rumbo a casa de Chinen.

-¿A dónde vamos?
Preguntó Daiki mientras caminaba junto a Kei, ahora el ritmo era más lento, pero continuaban tomados de la mano.
-No lo sé, ¿tienes hambre?
-Un poco…
-¿Solo un poco?
Preguntó con una sonrisa.
-Si dices que tienes mucha hambre tal vez te invite algo.
Ante tal comentario, Daiki sonrió.
-Tengo mucha hambre.
Dijo con una amplia sonrisa en el rostro
-¿Quieres algo en especial?
Daiki se quedó pensativo unos segundos.
-¡Quiero una hamburguesa!
Exclamó, Kei sonrió y le dijo.
-De acuerdo, conozco un buen lugar para comer hamburguesas.
-¿En verdad me invitarás a comer?
Kei se detuvo y miró fijamente a Daiki.
-¿Por qué lo dudas?
-No lo dudo… solo quise preguntar.
-No preguntes esas cosas solo por que si…
Dijo con una sonrisa amable y después le dio un pequeño beso en los labios.
-¿Entendido?
Completamente sonrojado, Daiki asintió torpemente con la cabeza, así, ambos continuaron con su camino.

Ambos disfrutaban de sus hamburguesas, la de Daiki era doble, mientras que Kei se conformó con una sencilla. El silencio entre ellos comenzaba a ser un poco incómodo, sobre todo para Daiki, quien además de nervioso estaba ansioso, si bien había estado esperando todo el día para poder estar junto a Kei, jamás pensó de que hablaría con el, así que no podía evitar observarlo de vez en cuando, quedando pensativo, en una de esas, Kei pudo sentir su intensa mirada y después de tomar un poco de soda le preguntó curioso.
-¿Sucede algo?
-¿Eh?
Preguntó sorprendido mientras tragaba.
-¿En que piensas?
Daiki observó la sonrisa curiosa de Kei mientras intentaba encontrar una buena respuesta.
-Por… ¿Por qué la pregunta?
-Me miras demasiado, no es que me moleste, pero me intriga saber lo que pasa por tu cabeza.
-No es nada.
Respondió un poco tranquilo mientras se recargaba en el asiento de la silla y dejaba lo que quedaba de su hamburguesa sobre la mesa.
-¿De verdad?
Preguntó Kei un poco preocupado. Daiki dejó escapar un suspiro algo pesado y logró responder.
-Es solo que… no sé que decir…
Confundido, Kei preguntó.
-¿No sabes que decir?
Daiki solo negó con la cabeza mientras tomaba un poco de su malteada de chocolate.
-Bien, pues yo si sé de qué podemos hablar.
Kei sonaba tranquilo, pero había cierta seriedad en su mirada, Daiki lo observó con atención, esperando escuchar lo que Kei tenía que decir.
-No creo que esto sea una buena idea.
Declaró con voz seria, Daiki no entendía muy bien así que preguntó.
-¿A que te refieres?
-A que alguien como yo te guste, no creo que sea una buena idea.
-Pero… ¿Por qué?… Tú dijiste que yo… también te gusto…
Kei dejó escapar un suspiró para después continuar hablando.
-A decir verdad, nunca me ha gustado nadie, ¿Cómo puedes confiar en alguien como yo? ¿En verdad piensas que puedes gustarme así de fácil cuando ni yo mismo conozco esa clase de sentimientos?
Era extraño, no deseaba decirle todas estas palabras a Daiki, pero era verdad, no se explicaba él mismo como era posible que le gustase de esa manera, ahora era demasiado tarde para dar marcha atrás, había expresado su sentir con poca delicadeza, ahora solo quedaba esperar a que Daiki se marchara y jamás lo volviera a ver.
Sin embargo, Daiki simplemente desvió la mirada, se cruzó de brazos y con seriedad dijo.
-¿Pretendes que me aleje de ti con esas palabras?
Kei miró sorprendido a Daiki y no respondió, así que este continuo hablando.
-No eres el único que tiene dudas, a decir verdad, no te conozco lo suficiente, no sé mucho de ti más que lo que me acabas de contar anoche, a mi tampoco me ha gustado antes, pero de algo estoy seguro, no tengo miedo.
Después de decir esto, de una sola mordida, se terminó su pedazo de hamburguesa, Kei lo observó sorprendido, ¿Cómo era posible que Daiki lo dejara sin habla tan fácilmente?
-De acuerdo.
Dijo con resignación, terminó con su hamburguesa y su soda, Daiki igual tomó el resto de su malteada.
-¿Quieres conocerme mejor?
Preguntó Kei con una sonrisa mientras se ponía de pie, Daiki lo miró extrañado y después se ruborizó lentamente al ver la sonrisa en el rostro de Kei.
-Si.
Dijo con un poco de nerviosismo mientras tomaba sus cosas y se ponía de pie.
-Entonces acompáñame.

Daiki seguía a Kei con cierto nerviosismo, ¿Cómo pretendía que iban a conocerse mejor? No era que imaginara cosas raras ni que estuviese esperando algo así, simplemente no podía evitar el sentirse ligeramente ansioso, la curiosidad lo invadía a cada paso que daban, hasta que de pronto Kei se detuvo y sin querer Daiki chocó contra su espalda.
-¿Por qué te detienes así?
-No tienes por que venir atrás de mi como si me estuvieses siguiendo en secreto, además, me detuve por que aquí es la parada del autobús.
Kei lucía bastante tranquilo, dio un par de pasos para acercarse al panel en donde estaban los horarios de los diferentes autobuses y sus rutas, revisó por unos segundos y después dijo.
-Bien, el próximo estará perfecto, solo hay que esperar…
Sacó su teléfono y miró la hora.
-Unos cuantos minutos más.
Así, tomó asiento tranquilamente. Daiki estaba confundido, y sin poder contenerse más, preguntó.
-¿A dónde iremos?
Kei lo miró despreocupado.
-A mis lugares preferidos.
Daiki ladeo un poco la cabeza en señal de confusión mientras se cruzaba de brazos. Kei sonrió ante tal reacción, entonces se recorrió un poco en la banca e invitó a Daiki a sentarse.
-Anda, siéntate.
Sin ganas de negarse, Daiki tomó asiento, ambos esperaron a que el autobús llegase, el cual no tardo demasiado.

Se habían dirigido al centro de la ciudad, para sorpresa de Daiki lo primero que visitaron fue un centro de videojuegos, era extraño ver a Kei jugando como un niño pequeño, al mismo tiempo resultaba divertido y poco a poco comenzó a contagiarse de esas ganas por jugar.
-¿Qué edad se supone que tienes?
Preguntó Daiki mientras sonreía.
-¿No te lo dije? Tengo veinte.
En ese momento Daiki se quedó inmóvil, dejando así que Kei tomase ventaja y ganase la batalla en aquel videojuego.
-No me lo habías dicho
Kei se estiró un poco y miro a Daiki.
-Bien, has descubierto algo, el propósito de este día se esta cumpliendo.
Daiki se quedó confundido mientras Kei le sonreía y se ponía de pie para dirigirse a un nuevo juego.
-Espera un segundo…
Pero fue demasiado tarde, Kei estaba eligiendo un nuevo juego.

-¿Qué es lo que más te gusta hacer?
Preguntó Daiki mientras giraba bruscamente el volante de aquel videojuego.
-Trata de adivinarlo
Respondió Kei mientras giraba de igual forma.
-No lo se, por eso pregunto.
-Vamos, piensa un poco.
Daiki intentaba concentrarse en la carrera y al mismo tiempo en pensar en algo, sin embargo eso resultaba algo difícil y complicado, así que optó por decir lo primero que se le vino a la mente.
-¿Los videojuegos?
Kei trató de no distraerse con aquella respuesta, aunque el soltar una carcajada fue inevitable.
-Es una de las cosas que me gusta hacer, pero hay algo que me gusta aún más.
Daiki intentó pensar en algo, pero la carrera se tornaba más reñida, estaba a punto de ganarle a Kei en la última vuelta, cuando al parecer, este utilizó su respuesta como una estrategia.
-Me gusta tocar el piano.
Y vaya que dio resultado, Daiki perdió el control y miró de inmediato a Kei. Si, estaba completamente sorprendido, de todas las cosas que pudieron haber sido jamás pasó por su mente una actividad así.
-¡Gané!
Gritó Kei mientras su triunfo se proyectaba en la pantalla de aquel videojuego, pero al parecer Daiki no lograba digerir aquel descubrimiento.
-¿Co-como es posible que tu…?
-¿Piensas que es imposible?
Preguntó con una sonrisa burlona en el rostro.
-No imposible… más bien… sorprendente.
-Eso lo dirás cuando escuches lo que puedo tocar.
Y poniéndose de pie se dirigió a otro juego, esta vez a uno de baloncesto. Con un suspiro Daiki se puso de pie y lo siguió.
Mientras Kei tomaba una pelota e intentaba apuntar hacia la canasta, Daiki se recargó en la pared solo a observar.
-¿No juegas?
-No pienso volver a perder por otra de tus respuestas.
Respondió Daiki mientras se cruzaba de brazos. Kei solo sonrió y lanzó el balón, el cual no entro en la canasta, así que tomó otro.
-¿Estudias?
Preguntó Daiki.
-Si.
-¿Qué estudias?
-Adivina.
Respondió mientras lanzaba otro balón, fallando de nuevo.
-No lo se… no puedo imaginarlo.
-Pues comienza a pensar.
Dijo Kei, tomando otro balón. Daiki lo observó fijamente, tratando de pensar en algo, imaginó tantas cosas que todas eran absurdas, sin embargo no se quiso quedar callado así que sugirió.
-Diseño… ¿tal vez?
Kei lanzó el balón y sonrió al notar que casi anotaba.
-No.
Daiki volvió a suspirar profundo e intentó pensar, sin embargo Kei respondió antes de que él pudiese decir algo.
-Arquitectura.
Dicho esto al fin logró encestar aquel balón, de igual forma Daiki volvió a sorprenderse.
-Jamás lo imaginé.
-¿Por qué?
Preguntó sonriente mientras miraba a Daiki al mismo tiempo que sostenía el balón.
-No lo se… en todas las cosas que me imaginé jamás estuvo la arquitectura… eres realmente interesante.
-¿Te parezco interesante?
-Bastante.
-Yo siento que soy normal.
Declaró mientras volvía a su juego y lograba encestar otro balón.
-¿Por qué vives solo?
Antes de responder, Kei lanzó el balón, anotando una vez más, miró a Daiki y con un poco de seriedad respondió.
-Me gusta mi privacidad.
-¿Eso es todo?
Kei dejó escapar un suspiro, se acercó a Daiki y le dijo al oído.
-No podía andar llevando a todos mis clientes a casa, ¿no te parece?
Daiki sintió como un escalofrío recorría su espalda mientras se ruborizaba levemente, la voz de Kei y su aliento cerca de su oído le provocaban aquella sensación de nerviosismo, sin embargo trato de contenerse para hacer otra pregunta.
-¿Es esa la razón?
Kei solo asintió con la cabeza y se alejó de nuevo para volver a su juego.
Daiki lo observó un poco más, era realmente sorprendente lo que Kei guardaba en su interior, aparentemente no había nada obscuro y malo que lo hubiese hecho salir de su casa para ser independiente, simplemente su hecho de mantener su “trabajo” lejos de sus padres, se preguntaba si en verdad era por eso.
-Terminé, estoy cansado, ¿vienes conmigo?
Daiki reaccionó.
-Ah… si, pero… ¿A dónde?
-A mi departamento.
De inmediato Daiki se ruborizó.
-No creo poder…
-Oh… ¿Por qué?
Kei trató de ocultar su decepción con un poco de indiferencia.
-Bueno… si no llego hoy a casa estoy seguro que mis problemas se duplicaran… además tengo tarea y un examen mañana…
Estas últimas palabras las dijo con verdadero pesar.
-De acuerdo, ante todo eso no puedo hacer nada, ahora solo me queda aumentar tus deberes.
Daiki trató de comprender lo que Kei intentaba decir, pero este primero miró a su alrededor, al no ver a nadie comenzó a acercarse a Daiki, aprovechando que el menor estaba pegado a la pared, después se acercó a su rostro, lo miró a los ojos y le dijo.
-Tu tarea será pensar si de verdad te gusta alguien como yo.
Ante tal comentario Daiki se molestó un poco, odiaba que Kei hablase de si mismo como si fuera poca cosa o un objeto, pero antes de que pudiese reclamar, Kei se acercó aún más, rozando ligera y provocativamente sus labios.
-Yo también debo pensar si de verdad puedo tenerte conmigo.
Ambos se observaron fijamente a los ojos, Kei abrió la boca para decir algo.
-Adem-
Pero Daiki lo interrumpió.
-Ya cállate
Y con un poco de brusquedad tomó el cuello de la camisa de Kei y terminó por romper aquella minima distancia que los separaba, besándolo suavemente. Al principio Kei estuvo sorprendido, pero lentamente comenzó a dejarse llevar, tomando así el control de aquel beso al mismo tiempo que tomaba a Daiki por la cintura para acercarse más a su cuerpo.
Al terminar aquel beso, la distancia que aún los separaba seguía siendo minima, por lo que Kei logró ver el rubor en el rostro de Daiki, haciendo que inevitablemente acariciara su rostro.
-Tu forma de callar a las personas es muy peculiar, dime ¿lo haces muy seguido?
Daiki lo miró avergonzado y respondió.
-Claro que no…
-Bien, eso me alegra, de ahora en adelante diré cosas desagradables para que me calles.
Daiki lo miró aún más avergonzado.
-No estés tan confiado, puede que para la próxima ocasión traté de callarte de otra forma.
Lo que Daiki imaginaba era tal vez un golpe, pero lo que pasó por la mente de Kei fue algo muy diferente, provocando que una sonrisa traviesa se dibujara en su rostro, así que se acercó al oído de Daiki y le susurro.
-Entonces me gustaría llegar a ese momento.
Dicho esto le dio un pequeño mordisco a su oreja y se alejó un poco más.
-Vamos, es hora de irnos.
Dicho esto tomó la mano de Daiki, este, aún ruborizado, la tomó de vuelta, obteniendo como resultado que Kei entrelazara sus dedos con los suyos. Así, sin más, ambos salieron del centro de videojuegos.

Al bajar del autobús, ambos se quedaron viendo fijamente.
-¿Nos vemos mañana?
Preguntó Daiki tímidamente.
-Bueno, no lo sé, tal vez…
Respondió Kei mientras desviaba la mirada.
-Nos vemos mañana.
Declaró Daiki con seriedad.
-¿En verdad eso quieres?
La voz y mirada de Kei hicieron que algo se oprimiese en el interior de Daiki, era como ver a un niño pequeño preguntando si jugarás con el de nuevo.
-Ya te lo dije… me gustas, así que no pienso alejarme tan fácilmente.
Kei observó la seriedad en la mirada de Daiki, eso le agrado, le gustaba, así que sin más, lo abrazó con ternura, de forma inmediata Daiki respondió a aquel abrazó, acomodando su cabeza en el pecho de Kei.
-No sé como explicarlo… pero ya me gustas más…
Al escuchar estas palabras Daiki se aferró con más fuerza a Kei.
-De eso se trata.
Dijo con nerviosismo, Kei le acarició la cabeza y dijo.
-Bueno, aún puedes cambiar de opinión.
Ahora quien actuaba como niño pequeño era Daiki, puesto que se aferró con mucha más fuerza a Kei.
-De acuerdo… ya entendí.
Dicho esto tomó a Daiki por los hombros y lo alejó un poco, solo para lograr verlo a la cara.
-Nos vemos mañana.
Kei quedó deslumbrado ante la sonrisa de Daiki, en verdad era hermoso, ya no había marcha atrás.
-Hasta mañana.
Dijo Daiki, entonces Kei depositó un suave y pequeño beso sobre sus labios, después se alejó un poco más.
-Descansa.
Y sin más, se dio media vuelta, comenzando a alejarse. Antes de también partir, Daiki no pudo contenerse en gritar.
-¡¡Definitivamente te veré mañana!!
Kei se giró para ver a Daiki, quien sonreía ampliamente, después de eso el menor se giró y comenzó a caminar, Kei lo vio alejarse unos minutos, después tomó su camino, con una sonrisa dibujada en el rostro una calidez invadiendo su ser.

En cuanto llegó a casa, la larga platica con su madre fue inevitable, a pesar de que no tenía cabeza para escuchar, le prestó atención y se disculpó debidamente.
-¿En verdad estás arrepentido?
Preguntó su madre mientras se cruzaba de brazos, Daiki asintió y volvió a disculparse por su falta de atención hacia ella en las últimas dos noches.
-Esta bien, demos este tema por terminado, solo recuerda que no toleraré que vuelva a ocurrir, ¿de acuerdo?
-De acuerdo.
Dijo Daiki, y sin más se marchó hacia su habitación, tenía tarea por hacer y prepararse para su examen, sin embargo lo primero que hizo fue tumbarse sobre la cama, cerrando sus ojos, estaba cansado, pero feliz.

Tranquilamente llegó a su departamento y se dejó caer sobre el sillón, mirando hacia el techo, llevándose una mano hacia el pecho.
-No puede ser… ¿Así se siente?
Se preguntó mientras sonreía ante agradable sentimiento.
-Tengo que distraerme en algo.
Dijo para sí mientras se ponía de pie y subía a su habitación, después de todo también tenía tarea por hacer y eso le ayudaría a tratar de calmar su felicidad.
De pronto su teléfono comenzó a sonar, con sorpresa lo sacó de su bolsillo y sin mirar el número respondió.
-¿Si?
-Oh Kei, ¡no sabes cuanto te extraño! Quiero estar ahora contigo, ¿puedes?
Vaya, era un cliente, el de casi siempre, esto hizo que el pecho de Kei se oprimiera, pero entonces la radiante sonrisa de Daiki vino a su mente, y con decisión dijo.
-No, no puedo ahora, y no creo poder después, a partir de ahora estoy fuera de esto, así que no llames de nuevo por favor.
Así, sin esperar respuesta alguna, colgó, volviendo a acomodar su material para su trabajo, tratando de sacar aquella preocupación de su mente.

Sin embargo, en otro lugar, aquel sujeto estaba atónito.
-No… no voy a permitir que te alejes así de fácil…
Dicho esto cerró con fuerza su puño y se recargó sobre aquella silla.

A la mañana siguiente, Daiki despertó gracias al insistente sonido de la alarma, no deseaba despertar, se la había pasado casi toda la noche haciendo sus deberes y estudiando, no era justo despertar tan pronto.
-¡¡Daiki!!
Esa era su madre, nunca lo llamaba tan temprano, así que se levantó de su silla, abrió la puerta y salió.
-¿Qué ocurre?
-Al fin despiertas, tu alarma a sonado ya varias veces, si no te apresuras se te hará tarde.
-¿Qué hora es?
Preguntó aún adormilado.
-Siete treinta.
-¡¡No puede ser!!
Con pánico entró a su habitación, se dio la ducha más rápida de su vida y en menos de diez minutos estuvo listo, solo tenía veinte minutos para llegar a la escuela.
-Tu desayuno
Le dijo su madre al verlo pasar rápido.
-Ahora no tengo tiempo, compraré algo en la escuela.
Sin más, salió corriendo, sin embargo, mientras corría, pudo sentir una extraña opresión en el pecho, algo inquietante, así que justo antes de llegar a la escuela se detuvo.
-¿Qué es esto?
Se pregunto mientras sentía la opresión más fuerte, sin embargo la voz de uno de sus compañeros lo sacó de aquel pensamiento.
-¡Apresúrate Arioka o llegarás tarde!
“-Tal vez sea mi imaginación”
Pensó, después continuo corriendo.
Afortunadamente llegó a tiempo para su primera clase, pero aquel sentimiento de inquietud no desaparecía, y su rostro lo expresaba muy bien, era tan notorio que un par de horas después, justo cuando salía del salón para dirigirse al laboratorio, se topó con Hikaru y este, al verlo, no pudo evitar el acercarse.
-¿Te ocurre algo Dai-chan?
-¿Eh?… Ah… Hikaru…
-¿Te sientes mal?
Preguntó preocupado.
-No… es solo que… no sé… me siento muy inquieto… como si algo me oprimiera el pecho… ¿Qué crees que sea?
Preguntó, Hikaru lo meditó unos segundos y respondió.
-Debe ser un mal presentimiento, ¿Paso algo?
Daiki pensó en la conclusión de Hikaru, ¿un mal presentimiento? Pero… ¿De qué?
-No… no ha pasado nada malo… que yo sepa…
-No me creas mucho, pero a lo mejor algo va a pasar, por si las dudas ándate con cuidado, no querrás preocupar a Yabu y a Takaki
Esto último lo dijo con una sonrisita burlona, Daiki lo miró e intentó sonreír.
-Tal vez solo sea por qué no desayuné…
-Probablemente… bueno, tengo que irme, nos veremos más tarde.
Y sin más Hikaru se alejó corriendo, Daiki continuo lentamente con su camino.
“-No creo que sea lo que Hikaru dice… tal vez cuando coma algo esto desaparezca”
Y sin más, continuo con su camino rumbo al laboratorio.

viernes, 19 de noviembre de 2010

LOVE LOVE LOVE ME? [Cap. 2]

Cap. 2

Eran cerca de las 6 de la tarde, se la había pasado en la calle sin hacer nada en especial, simplemente vagar, en cuanto abrió la puerta de su departamento, una parte de el deseaba que Daiki siguiese ahí. Pero al sentir el enorme silencio y vacío, se dio cuenta de que efectivamente el chico se había marchado, tal y como se lo había indicado.

-Era de esperarse… así es mucho mejor

Suspiró con melancolía, entró a la cocina y se sirvió un vaso con agua, al salir de la cocina tomó asiento en el comedor, tomándose el agua de un solo trago, estaba sediento.
Al dejar el vaso sobre la mesa, algo llamó su atención.

-¿Qué es esto?

Se preguntó mientras tomaba aquel pedazo de papel. Al leerlo pudo sentir como algo hacía un “boom” en su pecho.

-”Muchas gracias por todo.
No entiendo por que dices que no nos volveremos a ver, por alguna razón, yo tengo el deseo de que nos encontremos de nuevo, pero si no deseas que te busque, estaré esperándote en aquel lugar cada noche, al menos me gustaría ser tu amigo.”

-¿Amigo? Ese chiquillo no sabe lo que dice…

Dejó escapar un nuevo suspiro, estaba dispuesto a tirar aquella nota, pero no pudo, así que simplemente la dobló de nuevo y la guardó en el bolsillo de su pantalón. De pronto, su teléfono comenzó a sonar, con fastidio miró el número, y sin más respondió.

-¿Si?… estoy libre…. No…. En lo absoluto… depende, si lo he hecho pero no es algo común, además de que hay un cargo extra por ese tipo de cosas… de acuerdo, si es así no hay problema… ¿En donde?… ¿Aquí?… no, no tengo ningún problema, los estaré esperando, hasta luego…

Así, la llamada terminó, camino hacia la sala y se desplomó sobre el sillón.

-¿Por qué ha dejado de ser divertido?

Se dijo en voz baja mientras miraba hacia el techo.

Caminaba de regreso a casa, después de haber caminado sin rumbo durante un rato. Había asistido a clase después de todo, a pesar de que su madre le gritó por haber llegado por la mañana, simplemente tomó sus cosas y partió rumbo a la escuela, sin embargo el día estuvo aburrido, sin nada interesante, se sentía extraño, ni siquiera el buen humor de sus amigos lo sacaba de aquel extraño transe.
Estaba a punto de llegar a casa cuando su teléfono comenzó a sonar, sacó el aparato de su bolsillo y respondió.

-¿Si?
-¡¡Dai-chan!!
-¿Qué quieres?
Preguntó ligeramente de mal humor.

-Nada, solo me preguntaba si… ¿quieres venir a comer ramen con nosotros?
-No Yabu, estoy cansado, además ya estoy llegando a casa
-¿De verdad ya estas en tu casa?
Preguntó el mayor con cierto tono de preocupación.
-Si, no tengo por que mentirte
-Esta bien, pero si piensas no llegar a tu casa otra noche, al menos avísanos en donde estarás
Las palabras de Yabu dejaron a Daiki totalmente sorprendido.
-¿Cómo sa-
-Tu madre nos llamo a todos, estaba realmente preocupada por ti, si no vas a llegar al menos deberías avisar, ¿de acuerdo?
A pesar de que a Daiki no le agradaba la idea de ser regañado, y menos por uno de sus mejores amigos, el tono de voz que usaba Yabu para decirle las cosas no lo molestaba, al contrario, lo hacia pensar mejor las cosas y recapacitar un poco.
-Lo siento…
-Esta bien, solo no vuelvas a hacerlo, nos tenías preocupados a todos y hoy estabas demasiado distante, ¿no quieres hablar con nosotros al respecto?
Daiki se quedó en silencio, suspiró profundo y entonces dijo.
-De acuerdo, ¿en donde están?
-En el restaurante preferido de Hikaru, te esperamos
Así, ambos terminaron con la llamada y Daiki dio media vuelta para ir rumbo a ese lugar.

Estaba cerca del dichoso restaurante, pero el escuchar las fuertes carcajadas de Takaki y Yabu pudo relajarse un poco.

En cuanto entró al lugar visualizó a sus amigos, estaban sentados en una de las mesas de en medio, como de costumbre, llamando la atención de todos los clientes.
Para su sorpresa, Chinen no acompañaba a Takaki, eso era extraño, solamente estaban Hikaru, Takaki y por supuesto, Yabu.

Lentamente se acercó a ellos y los saludó tímidamente.
-Hola…
De forma inmediata, los tres dirigieron la mirada hacia Daiki, quien sonreía torpemente sin comprender muy bien el por que.
-Oh! Daiki, me alegra que estés aquí
Dijo Yabu con una sonrisa mientras le hacia señas para que tomara asiento a su lado.
-¿Qué te trae por aquí?
Preguntó Takaki extrañado.
-Eh…
-Yo lo llamé
Dijo Yabu rápidamente.
-Vaya, que bien
Dijo Hikaru de buen humor.
-Así es, hace mucho tiempo que no nos reunimos así, además de que Daiki tal vez quiera contarnos algo, ¿no es así?
Nervioso, Daiki asintió con la cabeza.
-¿Nos contaras en donde te metiste anoche?
Preguntó Takaki con cierto tono de mando, como si le estuviese hablando a su hijo y no a su mejor amigo.
De nueva cuenta, Daiki asintió con la cabeza.
-Tranquilo Yuya, no lo presiones, estamos aquí para escucharlo y no para regañarlo.
Dijo Yabu con un tono mucho más tranquilo que el de Takaki, como si se tratase de su madre, era algo realmente curioso.
-¡¡Pero es que solamente eso nos faltaba!! Primero su actitud distante y deprimente sin motivo aparente, y ahora que se desaparezca por una noche sin siquiera avisarnos, ¿Acaso nunca imaginaste lo preocupados que estaríamos por ti Daiki?
Reclamó Yuya, estaba molesto, pero su mirada era triste, Daiki lo observó tímidamente por unos segundos y después simplemente bajó la mirada, estaba avergonzado.
-Lo siento, no quería preocuparlos… es que todo fue tan rápido…
Los tres observaron a Daiki, esperando a que continuara, pero el chico simplemente bajo la mirada y se quedó en silencio.
-¿A que te refieres? ¿Qué fue lo que paso?
Preguntó Hikaru con tono amable.
-Anoche… sin querer… tome el camino equivocado…
Sus amigos escuchaban con atención lo que Daiki les contaba, les explicó la forma en la que vio a Kei por primera vez y lo ocurrido con aquella banda peligrosa, de cómo Kei lo invitó a quedarse, más que nada, por su seguridad.

-¿Y por que no llamaste a tu casa?
Preguntó Yabu
-A decir verdad… lo olvidé por completo, todo fue tan rápido…
-Bueno, lo importante es que no te sucedió nada, corriste con suerte al encontrarte a ese chico
Declaró Hikaru con una sonrisa en el rostro, Daiki sonrió de igual manera pero fue Takaki quien rompió con aquella relajada atmosfera.
-No puedes andar confiando en las personas desconocidas así de fácil. ¿Cómo sabes que ese tipo no pertenecía a esa banda y que en realidad tiene cuenta con esos sujetos? Te pudo haber puesto en un verdadero peligro
Daiki simplemente bajó más la mirada.
-Ya, tranquilo, no lo regañes, afortunadamente nada malo paso, además es seguro de que Daiki no volverá a ver a ese chico, ¿cierto?
Preguntó Yabu con tranquilidad, Daiki no sabía que responder, no podía decir que no, después de todo, estaba dispuesto a volver esa noche, quería verlo de nuevo, en todo el día no se lo había podido sacar de la cabeza. Así que sin responder, simplemente sonriendo, cambio el tema para pedir un poco de ramen.

Después de aquel agradable rato con sus amigos, nuevamente, se encontraba de regreso a casa, esta vez más tranquilo, después de todo el contarle lo ocurrido a sus amigos le había ayudado a relajarse, sin embargo ahora no sabía como se iba a salir de su casa para poder ir a aquel lugar.
“No podré salirme tan fácilmente, no después de lo ocurrido… pero quiero verlo…-”
Al reaccionar bien sobre las últimas palabras, se detuvo en seco a mitad de camino, ¿Acaso estaba demasiado ansioso por ver a Kei de nuevo? ¿Por qué?
Se quedó pensativo un poco más, mirando hacia el frente, confundido, extrañado de sus propios pensamientos. ¿Por qué de repente se sentía de esa manera? Justo ese día se sentía deprimido, sin ánimos, vacío, y esa noche, desde que vio a Kei, todo cambió, ahora lo único que deseaba era verlo de nuevo, aunque solo fuese por unos instantes, todo era tan extraño e inexplicable para él.
De repente sacudió su cabeza con cierta brusquedad, solo así lograría despejar su mente de tales ideas.
“-Necesito pensar en otras cosas-”
Se dijo, después continuo con su camino, intentado distraer sus pensamientos con cualquier cosa.

Sin querer se había quedado dormido sobre aquel sillón, despertó gracias al sonido insistente de su teléfono celular. Con pereza lo sacó del bolsillo y respondió.
-¿Si?
-Inoo-kun, temo que tendré que cancelar nuestra cita, tengo compromisos importantes
-De acuerdo, no hay problema, después de todo no tenía muchos ánimos
-¿De verdad? Me alegra no decepcionarte entonces
-No te preocupes
-Te llamaré en estos días, ¿de acuerdo?
-Bien, adiós

Al finalizar la llamada, con pereza, se puso de pie, estiró sus brazos y bostezo.
-Tengo hambre…
Se dijo mientras se llevaba las manos al estomago, caminó rumbo a la cocina, y antes de llegar recordó que no había absolutamente nada, después de todo no tenía la costumbre de comer en casa.
Así que ligeramente de mal humor, tomó la tarjeta llave que se encontraba sobre la mesita de cristal en medio de la sala y salió del departamento.

Mientras caminaba por la calle no pudo evitar el pasar por el lugar en donde se había encontrado a Daiki la noche anterior, se detuvo sigilosamente y miró su reloj.
-¿Será que… aún es temprano?
Eran las ocho con diez minutos, no era tan tarde, después de estar ahí de pie por unos segundos, reaccionó.
-¿Pero que estoy esperando?
Se dijo con una sonrisa débil mientras se daba media vuelta para ir a algún lugar y poder comer algo.

Después de haber tenido una ligera plática con su madre y de haberse disculpado millones de veces, al fin estaba en su habitación, cansado, fastidiado, pero sobre todo, ansioso.
-Necesito hacer mi tarea de química…
Murmuró sin dejar de observar el blanco techo de su habitación mientras estaba recostado en su cama, sin moverse ni un centímetro.
-Tengo que bañarme…
Dijo de nuevo, pero su cuerpo continuaba sin reaccionar.
-Creo que mañana hay exámen de inglés… necesito estudiar
Por más que estaba conciente de todas sus actividades y pendientes, su cuerpo no reaccionaba, no se movía, era como si se hubiese quedado sin energía.
Perezosa y lentamente giró su cabeza, solo para ver el reloj despertador que se encontraba sobre el buró.
-Son las ocho… ¿y media?
Ante tal impresión, se reincorporo, ¿Cuándo se había hecho tan tarde?
Rápidamente se quitó el uniforme de la escuela y se puso ropa más cómoda, tomó su teléfono celular, un abrigo y salió de su habitación. Como pudo bajó por las escaleras, intentado no tropezar, y justo antes de llegar a la puerta, su madre lo detuvo.
-¿A dónde vas a esta hora Daiki?
-Eh… yo… yo… Takaki me acaba de llamar, necesita que le ayude con unas cosas… de la escuela, así que no tardo…
-¿Y por qué tienes que ir a si casa?
-Por que… por que… por teléfono no me entiende…
Su madre lo miró extrañada, pero después de unos segundos, solo le dijo.
-Esta bien, no tardes mucho, si vas a quedarte con él me avisas, ¿de acuerdo?
-Si, gracias, nos vemos
Y sin más, se puso raídamente los zapatos y salió a paso apresurado, casi corriendo. ¿Por qué estaba caminando tan desesperadamente? ¿Tanto era su deseo por volver a ver a Kei? Esto definitivamente no tenía ningún sentido, era alguien a quien apenas conocía, ¿Cómo era posible que no pudiese sacarlo de su mente durante todo el día? ¿Por qué ahora corría para llegar a aquella calle?
Ante tantas preguntas, se detuvo, no se había dado cuenta de que había estado corriendo con todas sus fuerzas, ¿Por qué?
-No tengo por que verlo…
Se dijo mientras recuperaba el aliento, curioso, miró a su alrededor mientras se llevaba las manos a la cintura, su respiración aún era muy agitada, de verdad que había corrido con demasiada fuerza.
Al darse cuenta de dónde estaba, comenzó a reírse estúpidamente.
-No puede ser…
Estaba en aquel lugar, en dónde había visto a Kei la noche anterior gritando desesperadamente, en donde sus miradas se cruzaron por vez primera.
-¿Qué demonios hago aquí?
Volvió a decirse mientras caminaba en pequeños círculos, después, al detenerse, pudo escuchar unos pasos acercándose, de inmediato un extraño nerviosismo le provocó un fuerte revoltijo en el estomago, tenía que esconderse, no quería ser visto, aún sin saber de quien se trataba, no quería ser visto por nadie, así que torpemente logró esconderse detrás de un poste, estaba todo ligeramente obscuro así que al menos si alguien lo veía no sería capaz de reconocerlo, al menos eso esperaba.
Estuvo oculto por unos segundos, los pasos sonaban cada vez más cerca, estaba preparado para correr si veía a aquellos sujetos nuevamente, pero lo que vio lo dejó completamente sorprendido, era lo que tanto esperaba ver.

Y es que al fin regresaba, después de haber comido un poco, en el camino había perdido un poco el apetito por andar pensando cosas, que para él, no tenían sentido, de todas formas había comprado algo extra por si más tarde le daba más hambre, no quería salir de nuevo así que tomó sus precauciones.
Nuevamente pasaba por el lugar en donde se había encontrado con Daiki, se detuvo nuevamente y miró a su alrededor.
-No creo que venga… ya es tarde
Dijo en voz baja mientras sonreía y continuaba con su camino tranquilamente.

Aún sorprendido y dejando escapar un suspiro de alivio, Daiki salió de su escondite, realmente no imaginaba encontrarse con Kei de esa forma, era demasiado… demasiada suerte… tal vez.
-¿Ahora que hago?
Se preguntó mientras observaba como Kei se marchaba. Y sin pensar bien en lo que hacía, comenzó a seguirlo sigilosamente. No entendía el por que lo hacía, simplemente se estaba dejando llevar por aquel extraño impulso, no estaba seguro si Kei se alegraría de verlo, pero nada perdía con intentarlo.

En cuanto llegó al edificio en dónde Kei vivía, observó como este entraba.
-Será mejor que me vaya…
Dijo mientras miraba a su alrededor, sin embargo sus piernas no reaccionaron, así que solo espero a que Kei se alejara, cuando lo vio entrar al elevador tomo la iniciativa de entrar al edificio.
Lentamente caminó hacia el elevador y presionó el botón. Esto, definitivamente, era una locura, no tenía nada que hacer en aquel lugar, ni siquiera sabía que le diría a Kei si lo veía, ni siquiera estaba convencido de querer verlo.
-¿Entonces que hago aquí?
Se preguntó en voz baja, bien, eso no lo sabía, simplemente había seguido a su impulso, sin darse cuenta que una parte de él deseaba ver a Kei a como diera lugar.
Mientras todo esto pasaba por su mente, las puertas del elevador se abrieron, así que sin más, entró, presionó el botón con el número seis y las puertas se cerraron. Poco después llegó al sexto piso, salio del elevador y caminó rumbo al departamento de Kei, a pesar de que solo había estado ahí una vez, lo recordaba perfectamente.
Ahora ya estaba frente a la puerta, leyó el nombre de Kei en la pared, respiró profundo, intentó tocar el timbre, pero no se atrevía-
-¿Por qué estoy aquí?
Volvió a preguntarse mientras daba un paso hacia atrás, se quedó observando la puerta tratando de encontrar una respuesta, o tal vez de encontrar el valor para tocar el timbre.
Y mientras pensaba un poco, un par de chicos pasaron junto a el, lo vieron un poco curioso y después murmuraron algo que llamó mucho la atención de Daiki.
-¿Otra vez? Tendremos que soportar ruidos extraños toda la noche
-Pues ya se había tardado, por un momento creí que ya se había terminado
-Esto es increíble, odio esto
Daiki siguió con la mirada a aquellos chicos que se quejaban, no lograba comprender bien de lo que hablaban, pero pensó que eso no tenía nada que ver con el.
-Después de todo, no tengo nada que hacer aquí
Dicho esto, estaba dispuesto a marcharse, cuando de pronto, la puerta del departamento se abrió.

Tenía ganas de salir a caminar un poco, después de todo no se sentía tranquilo, estaba extrañamente inquieto, pensando en la nota de Daiki, pensando en que tal vez el chico estuviese solo en aquel lugar, después de pensarlo comenzó a preocuparse y sin más tomó la iniciativa de salir de una buena vez sin pensar en más cosas, pero cual fue su sorpresa que al abrir la puerta, lo primero que sus ojos vieron, fue exactamente la razón por la que salía.

Ambos se miraron, estaban sorprendidos, Daiki no esperaba que Kei fuese a salir de esa forma, y Kei no esperaba que al abrir la puerta Daiki estuviese ahí de pie, frente a él.
-¿Que… qué haces aquí?
Fue lo único que Kei logró decir.
-Yo… pues yo… pasaba… por… aquí
Nervioso, fue lo único que logró responder.
-Oh… pasabas por aquí…
Notablemente seguían sorprendidos, se quedaron en silencio unos segundos más.
-¿Quieres… pasar?
Preguntó Kei.
-Pues… yo solo
-Pasa. Ya estas aquí.
Dijo mientras se hacia un lado y abría más la puerta, Daiki bajó un poco la mirada y sin más entró.
-¿Y que te trae por aquí?
Preguntó Kei tratando de sonar tranquilo al mismo tiempo que tomaba asiento en el sillón.
-Pues… no lo sé… solo… quería verte
Realmente Daiki no deseaba decir esas palabras, salieron sin querer, y cuando se dio cuenta Kei lo miraba sorprendido. Nuevamente se quedaron en silencio, uno bastante incómodo, así que Daiki intentó arreglar el problema.
-Quise decir que yo
-Querías verme… eso dijiste…
Kei bajó la mirada y juntó ambas manos para acercarlas a su barbilla.
-Yo…
Intentó hablar Daiki pero fue interrumpido.
-¿De verdad querías verme? ¿Para qué?
Daiki pensó en una respuesta, después de pensarlo un poco no lograba encontrar una buena razón, sobre todo para un “para”.
-Bueno… eso… no lo sé…
Kei suspiró y se recargó por completo en el respaldo del sillón al mismo tiempo que cruzaba las piernas y los brazos.
-Todo aquel que viene aquí es por una razón, ¿Acaso será la misma que la tuya?
Daiki continuaba sin entender muy bien la pregunta de Kei.
-No sé a que te refieres…
-¿Estás seguro?
Daiki pudo notar cierto tono de curiosidad con algo que parecía ser ¿seducción? Bueno, no estaba seguro, pero lo ponía de nervios.
-Ya te dije que pasaba por aquí y… y… pensé en pasar a saludar… eso es todo
-Oh… bueno, ya estás aquí, ya saludaste, así que ya te puedes ir
Dijo Kei con una extraña sonrisa en el rostro, ¿acaso quería probar si Daiki era capaz de marcharse tan pronto?
-Ah… si, tienes razón… es hora de marcharme
Dijo nervioso mientras miraba su reloj, pero justo antes de ponerse de pie, recordó lo que había escuchado anteriormente, acerca de las quejas de esas dos personas, deseaba saber, así que le preguntó a Kei.
-Hace rato escuche… a un par de vecinos quejándose… murmuraron algo mientras me observaban extrañamente… ¿Acaso sueles hacer fiestas con demasiado escándalo o algo así?
Preguntó ingenuamente, Kei simplemente sonrió más y se reincorporó un poco.
-Bueno, ¿parezco de esa clase de personas que hacen fiestas a mitad de la noche?
Daiki observó detenidamente a Kei, bien, no parecía ser esa clase de personas, entonces, ¿Por qué esos vecinos se quejaban?
-¿Entonces por que se quejan de que haces ruidos en la noche?
Su curiosidad estaba a punto de tocar un tema que tal vez no olvidaría en toda su vida.
-¿Tu que imaginas que pueda hacer en las noches?
La sonrisa en el rostro de Kei era cada vez mas traviesa.
-Pues… dormir… ¿Acaso roncas demasiado como para molestar a los vecinos?
De nueva cuenta la ingenuidad de Daiki divertía de sobre manera a Kei, así que sin poder evitarlo, dejó salir una carcajada.
-¿Por qué te ríes?
Preguntó Daiki ligeramente molesto ante la risa de Kei.
-Es… es que… no puedo creerlo… ¿Cómo llegaste a una conclusión así?
Kei no podía contener su risa mientras hablaba, le resultaba algo realmente divertido, mientras que Daiki infló ligeramente los cachetes en señal de molestia.
-Es en lo único que puedo pensar
Declaró en tono molesto mientras Kei continuaba riéndose.
-¿En verdad tienes 19 años?
Preguntó mientras dejaba de reírse lentamente.
-¿Por qué la pregunta? ¿Acaso te burlas de mi? Bien, me largo
Dijo molesto mientras se ponía de pie y se disponía a marcharse, sin embargo Kei lo detuvo, tomándolo rápidamente del brazo.
-Espera, ya estas aquí, y tu pregunta debe tener una respuesta, ¿acaso no tienes curiosidad?
Ahora que había dejado de reírse y que su expresión era ligeramente sería, Kei lucía realmente… apuesto.
-¿De… dejaras de reírte de mi?
Preguntó Daiki tratando de ocultar su nerviosismo,
-Siento haberme reído de esa forma, no pude evitarlo, nunca alguien me había preguntado si yo roncaba por las noches
Daiki miró extrañado a Kei, este al sentir la profunda mirada del menor se quedó perdido en aquellos ojos negros, mientras soltaba lentamente el brazo de Daiki.
-Entonces, ¿qué es lo que haces por las noches que causas tantas molestias?
-Bueno, no se si decírtelo… por que no mejor
Decía Kei mientras se acercaba lenta y sigilosamente al rostro de Daiki, este, al sentir la cercanía del menor, pudo sentir como sus mejillas ardían demasiado, su corazón se aceleraba de una manera alarmante y su mirada se perdía en los ojos de Kei.
Mientras tanto, Kei continuaba acercándose al rostro de Daiki, observando de cerca cada parte del hermoso rostro del menor, deseando a cada instante hacer de esa distancia mucho más corta, hasta que de pronto, sus labios rozaban con los del menor, y antes de continuar, dijo con voz suave, la cual le provocó un escalofrío a Daiki.
-Por que no mejor lo averiguas tu mismo
Y justo al decir estas palabras, sus labios se unieron con los de Daiki, en un suave contacto.
Daiki no sabía como reaccionar, era la primera vez que alguien… lo besaba, y lo que hacía de esta situación aún más extraña es que era un chico quien lo hacía, aunque, debía admitirlo, no era desagradable, en lo absoluto, el sentir los suaves labios de Kei sobre los suyos, su suave respiración sobre su rostro, respirar aquel aroma que se desprendía de su cuerpo, era algo completamente embriagante y agradable, así que sin más, cerró sus ojos lentamente, y de forma torpe, trató de corresponder a aquel contacto, convirtiéndose así en un beso completo.
Al sentir la respuesta de Daiki, algo hizo un “boom” dentro de su pecho, no era la primera vez que besaba a alguien, pero si la primera que sentía este clase de contacto tan ¿especial? Daba igual todo eso, en lo único que podía pensar ahora era en continuar con lo que hacía, los labios de Daiki resultaron ser extremadamente deliciosos al contacto, trato de preguntarse por que hacía esto con alguien que no lo buscaba como todos los demás, luego llegó a la conclusión de que ese detalle hacía del momento bastante diferente… muy cercano a algo especial. Al llegar a esa conclusión, otra vez ese “boom” volvió a resonar en su pecho, al mismo tiempo que aquel beso se intensificaba un poco más, ambos ya habían abierto sus bocas y comenzaban con un juego lento con sus lenguas y labios, intercambiando suspiros, era evidente que ambos realmente estaban disfrutando de este contacto.
Lentamente, ambos terminaron el beso, realmente no querían hacerlo, pero deseaban ver el rostro del otro, así que se separaron un poco. Daiki abrió los ojos lentamente, como si hubiese estado dormido, trataba de asimilar lo ocurrido pero era imposible, más aún teniendo el rostro y la mirada de Kei tan cerca.
-¿Esto… es lo que haces todas las noches?
Kei sonrió ante la tímida pregunta de Daiki, suavemente acarició su rostro y le dio un beso en la mejilla.
-Algo así
Dijo con voz amable y suave, un poco cerca del oído de Daiki, lo cual le provocó un nuevo escalofrío.
-¿Aún hay más?
Preguntó ingenuamente, Kei sonrió un poco y lo miró a los ojos.
-Si… pero, ¿no crees que ya fue suficiente por hoy?
Daiki no comprendía, ¿en verdad eso era todo lo que iba a suceder aquella noche? No iba a negar que se sentía decepcionado, aunque, ¿qué esperaba realmente?
Ante la evidente decepción en el rostro de Daiki, Kei le dijo.
-Ayer te dije que todo tiene un precio aquí y que no creo que puedas pagarlo… aunque
-¿Aunque?
La mirada de Daiki tenía un brillo especial, llena de una ilusión que a Kei le agradó bastante.
-Hoy me has hecho reír bastante, hace mucho que no me reía de esa manera
-¿Entonces?
De nueva cuenta Daiki tenía ese brillo especial en la mirada, Kei acarició nuevamente el rostro del menor y en un suspiro le dijo.
-¿No crees que es suficiente? No quiero ensuciar a alguien como tú
Dicho esto, besó nuevamente a Daiki en los labios, esta vez fue un beso más corto, pero igual de agradable y delicioso para el menor. Al terminar se alejó más.
-Creo que debes irte, ya es tarde
Ahora le daba la espalda, Daiki no comprendía muy bien todo, sin embargo no iba a irse ahora, no podía, no quería hacerlo.
-Quiero quedarme
Dijo con voz débil.
-¿Por qué?
Preguntó Kei con la misma voz débil, sin mirar a Daiki.
-No quiero irme, no ahora, por favor, déjame quedarme a tu lado esta noche
Esta vez Daiki se acercó un poco a Kei, quedando justo detrás de el.
-No puedes quedarte, no sin
-¡No voy a pagarte! ¡Deja de hablar como si fueras un objeto que tiene precio!
Estas palabras resonaron en la cabeza de Kei.
-He vivido así demasiado tiempo, por puro placer, una de mis reglas es no pasar la noche con nadie si no hay un precio
Kei dijo esto mientras se esforzaba por sonreír, tratando de que Daiki percibiera esa tranquilidad, sin embargo, lo que hizo el menor lo sorprendió bastante, dejándolo paralizado.
Y es que al escuchar las palabras de Kei, no pudo evitarlo y lo abrazó con fuerza, rodeando suavemente su cintura mientras hundía su rostro en la espalda del mayor.
-Yo… no tengo dinero… no quiero pagar por ti… solo… quiero estar contigo… no es necesario ir más lejos, solo quiero… dormir a tu lado… como anoche… por favor…
Estaba derrotado, no podía negarse, más bien, ya no quería negarse, ¿Por qué era tan difícil negarse? ¿Por qué no podía simplemente alejar a Daiki? Era algo imposible ahora, así que con delicadeza tomó las manos del menor, se soltó del agarre, entrelazó sus dedos con los de Daiki, junto sus frentes y le dijo con voz amable.
-Entonces es hora de dormir, debes estar cansado y yo también lo estoy
Completamente ruborizado, Daiki miró a Kei, su sonrisa, su mirada, era tan hermoso, así que torpemente asintió.

Ahora ambos ya estaban en la habitación de Kei, de nueva cuenta le había prestado un poco de ropa cómoda a Daiki, después se acomodaron en la cama.
-¿Estas cómodo?
Preguntó Kei.
-Si… gracias
-Sabes… eres muy diferente a lo que estoy acostumbrado
-¿Eh? ¿A que estas acostumbrado?
Preguntó torpemente mientras se giraba para mirar de frente a Kei.
-Pues, la mayoría solo quieren… ya sabes… tener sexo sin parar toda la noche…
Kei dijo esto con cierto tono de melancolía. Daiki observó detenidamente su rostro y no pudo evitar el preguntar.
-¿Y por qué lo haces?
-Mmm… buena pregunta…
Daiki se quedó esperando una respuesta mientras Kei pensaba en una.
-Una vez lo hice por diversión, no tenía nada que hacer y además quería dinero, te voy a ser sincero, las primeras veces fueron realmente divertidas y sobre todo productivas, me di cuenta que cuando eres joven más gente te solicita, pero después comencé a asquearme, ya eran demasiados adultos, demasiado pervertidos, pero una vez que comencé ya no supe como terminar, y sigo haciendo lo mismo
-¿Haz intentado terminar?
Preguntó Daiki con timidez.
-Ni siquiera lo había pensado, tal vez por eso me siento tan frustrado, además, no sé que haré cuando termine con todo esto, de alguna forma también estoy acostumbrado al ingreso económico que me deja todo esto
Sin darse cuenta, el rostro de Daiki expresó cierta molestia.
-¡Puedes hacerlo! Y si es por el dinero, es muy fácil que encuentres un empleo, tal vez no sea la misma paga pero sobrevivirás, además… si ya estás harto de acostarte con cualquiera, ¿por qué continuas?
Kei no respondió, simplemente observó fijamente el rostro de Daiki, era tan hermoso, así que sin más se acercó a él y lo besó.
Beso al cual Daiki tardó un poco en responder, sin embargo lo hizo, pudo sentir como Kei tomaba su rostro con ambas manos y lo acercaba un poco más, sin darse cuenta, él colocó sus manos sobre el pecho del mayor, acercándose también un poco más a su cuerpo.
De nueva cuenta, todo parecía avanzar a un ritmo lento, pero antes de sentir la necesidad de tocar más a Daiki, Kei se detuvo.
-Tal vez lo deje muy pronto
Dijo en un susurro mientras observaba el rostro de Daiki.
-Deberías hacerlo
Respondió un poco nervioso, justo después notó que sus manos estaban sobre el pecho de Kei, así que intentó quitarlas de inmediato, sin embargo este no se lo permitió y sin más lo abrazó tiernamente, pegándolo por completo a su cuerpo.
-Gracias Daiki… eres alguien que jamás espere conocer…
-De… nada…
Dijo tímidamente mientras se acurrucaba junto a Kei, acomodando su cabeza junto al cuello del mayor.
-¿Sabes algo?… Me gustas
Ante tal declaración, Daiki se sorprendió demasiado, intentó alejarse un poco para así poder ver el rostro de Kei, pero este se lo impidió, abrazándolo con un poco más de fuerza.
-No, no te separes, no ahora
Y es que Kei estaba completamente ruborizado por lo que acababa de decir, tanto que no deseaba que Daiki lo viese, ya que estaba seguro, esto no podía continuar.
-Por lo mismo de que me gustas, no quiero que estés a mi lado… no mereces estar con alguien como yo Daiki, así que por favor, no vuelvas
Estas palabras fueron demasiado duras, aunque fueron dichas con suavidad, a Daiki le oprimían el pecho, no, definitivamente no iba a aceptar eso, sin embargo, comenzó a formarse un nudo en su garganta, y sin poder contenerse más, unas lágrimas comenzaron a salir.
En cuanto Kei sintió algo húmedo sobre su pecho y escuchó un sollozo por parte de Daiki, lo alejó un poco pare ver su rostro, sin embargo Daiki no lo permitió y sin más, besó a Kei, era un beso suave y torpe, pero sobre todo, desesperado, deseaba poder transmitirle a Kei su deseo por no alejarse, el solo pensarlo le dolía demasiado, era evidente, a el también le gustaba, era increíble que a Daiki le gustase alguien con tal facilidad, sin embargo no podía evitarlo. Kei le gustaba.

Mientras se besaban, Kei podía escuchar los sollozos de Daiki, eran suaves pero llenos de un sentimiento que le dolían a Kei. No podía creer lo que estaba sintiendo en estos momentos, sobre todo con alguien a quien a penas había conocido, probablemente por que Daiki había llegado a su vida de la forma mas inesperada, no como todos los demás y sobre todo, que era alguien que no pedía su cuerpo a cambio de dinero, eso, junto con todo lo que era Daiki, lo hacía realmente diferente y único, sin embargo continuaba pensando que el menor merecía a alguien mejor, no a alguien como él.

A la mañana siguiente, Daiki despertó, los ojos le ardían y los sentía pesados, no supo por cuanto tiempo estuvo llorando y besando a Kei al mismo tiempo. Pensó que tal vez sería como la vez pasada y que despertaría solo, pero no fue así, Kei estaba a su lado, abrazándolo con la misma fuerza.
Después de haberlo observado unos segundos, Kei comenzó a abrir los ojos.
-Buenos días
Dijo con voz ronca mientras bostezaba, pero no soltaba a Daiki, este, avergonzado, dijo.
-Buenos… días…
-¿Dormiste bien?
Daiki simplemente asintió con la cabeza. Después de quedarse en silencio, el teléfono de Daiki comenzó a sonar, era su alarma.
-¡No puede ser!
Gritó mientras saltaba de la cama, alejando bruscamente a Kei, este, preocupado, preguntó.
-¿Qué ocurre?
-¡Tengo que ir a clase!
Kei sonrió aliviado.
-Es verdad, ¿a que escuela vas?
Preguntó curioso.
-La que esta cerca de la estación del parque
-Oh, sé cual es
-Debo irme…
Dijo mientras se cambiaba de ropa a toda velocidad.
-Esta bien
Dijo Kei mientras salía lentamente de la cama. En cuanto Daiki estuvo listo, miró a Kei fijamente.
-Voy a volver te guste o no
Ante la mirada seria de Daiki, Kei sonrió y se acercó a el.
-¿Acaso no te dije anoche que me gustas?
-No… no me refiero a eso… quiero decir que vendré de nuevo te parezca o no
Kei suspiró y tomó el rostro de Daiki entre sus manos.
-De eso hablamos después
Daiki observó el rostro de Kei y sin más, se puso de puntillas para así lograr besarlo, después del corto beso le dijo con todo el valor que pudo haber juntado.
-Me gustas
Ante tal confesión, Kei se sorprendió y ruborizó ligeramente, sin embargo sonrió amablemente.
-De acuerdo, definitivamente debemos hablar después, ahora ve a clases antes de que sea más tarde, aún debes pasar a tu casa
-¡¡Es verdad!!
Y sin más, salió corriendo de la habitación de Kei, después del departamento, a toda velocidad rumbo a su casa.

Al estar solo, pudo darse cuenta que no dejaba de sonreír torpemente.
-Daiki…
Dijo en voz baja mientras se llevaba dos dedos a los labios, volviendo a sentir la suave sensación de los labios de Daiki sobre los suyos. Después de eso se estiró un poco y mejor se dispuso a darse una ducha, la necesitaba. Al terminar de quitarse la ropa, notó algo en su cuerpo que estaba demasiado despierto.
-Después de todo es la primera vez que no hago nada de nada después de besar a alguien…
Y con una sonrisa derrotada, abrió la llave del agua fría y entró, tratando así de despejar su mente y sus deseos corporales.

viernes, 5 de noviembre de 2010

A new song [Cap. 6]

Capítulo 6

Lentamente ambos comenzaron a abrir sus bocas, buscando así profundizar más aquel beso. Poco a poco Jin tomo con una mano la cabeza de Jun y lo fue recostando sobre la cama, este solo cedió ante Jin sin dejar de besarlo, aquellos besos eran lentos y suaves, ambos anhelando que ese momento jamás terminara.
De pronto, Jun pudo sentir como Jin acariciaba su cuello, sin dejar de besarlo, bajando una de sus manos lentamente, acariciando su pecho por encima de la camisa, deslizando sus dedos con delicadeza, recorriendo su cadera. Por otro lado, Jun rodeó el cuello de Jin con ambos brazos, después comenzó a jugar con el cabello de Jin, entrelazándolo en sus dedos. Ambos simplemente se estaban dejando llevar por el momento.
Todo era perfecto, hasta que de pronto se escuchó como alguien tocaba desesperadamente a la puerta, alguien que Jin sabía perfectamente de quien se trataba, sin embargo, dejaron de besarse lentamente, se miraron fijamente a los ojos, comenzaban a olvidar que alguien tocaba a la puerta cuando los golpes comenzaron a ser más fuertes y más insistentes, acompañados por gritos desesperados.

-¡¡¡Jin!!! ¡¡Sé que estás ahí!!!-

Sin embargo, Jun y Jin no dejaban de verse fijamente a los ojos, sin decir nada, no tenían deseos de separarse, pero fue Jun el que rompió con aquel silencio.
-Creo que deberías abrir…-
Dicho esto, alejó a Jin y se reincorporó, sentándose sobre la cama, dándole la espalda a Jin.
-No creo que sea buena idea, no contigo aquí…-
Dijo Jin con cierto pesar y con tristeza en la voz.
-¿Por qué? ¿Quién es quien toca tan desesperadamente?-
Preguntó Jun lleno de curiosidad, después de todo no era tan normal que alguien tocase así una puerta.
-Bueno él…-
Jun estaba atento esperando una respuesta, cuando se escuchó un gritó más desesperado.

-¡¡¡Por favor abre!!!-

Al parecer Jun estaba comprendiendo un poco la situación, o al menos de quien tocaba la puerta.

-¿Por qué no le abres?-
Dijo Jun mientras se ponía de pie y salía de la habitación, caminó rumbo a la sala y tomó sus cosas.
-Es que…-
-¿Es tu novio cierto?-
Preguntó Jun con una sonrisa fingida dibujada en el rostro. Jin se quedó callado y solo bajo la mirada, eso le dio la respuesta que buscaba.
-No está bien que lo hagas sufrir de esta manera-
Y mientras decía estas vacías palabras, caminó rumbo a la puerta, con cuidado quitó los seguros, corrió la cadena y abrió la puerta, topándose de frente con un chico más o menos de su estatura, con la mirada triste pero sorprendido al verlo.
-¿Tú quién eres?-
Preguntó el chico completamente sorprendido.
Rápidamente Jin se acercó y apareció detrás de Jun.
-Kame…-
-Jin… ¿Quién es él? ¿Por qué están encerrados? ¿Por qué no me abrías?-
Jun pudo percibir la desesperación en la voz del chico.
-Disculpa, mi nombre es Matsumoto Jun, soy personal de mantenimiento del edificio y vine para una revisión de las instalaciones, tuve que comprobar que los seguros funcionaban correctamente, el joven Akanishi estaba ocupado en su habitación, disculpe las molestias joven…-
-Kamenashi-
Dijo Kame aún con fastidio, sin embargo más aliviado, aunque no del todo, puesto que notó que Matsumoto llevaba puesta ropa de Jin.
-¿Y por qué trae tu ropa?-
-Tuvimos que limpiar y mi traje quedó completamente sucio, Akanishi-san me prestó esto-
Respondió Jun con tranquilidad, fingiendo a la perfección que esta situación no le afectaba en lo absoluto, Jin estaba sorprendido por su excelente actuación.
-Ahora, si me disculpa, debo retirarme, mi trabajo ha terminado-
Y con una reverencia, Jun se dispuso a salir del departamento, Kame se hizo a un lado para dejarlo pasar, así, Jun se marchó, sin despedirse de Jin, sin siquiera mirarlo a los ojos, estaba decepcionado y avergonzado al mismo tiempo, lo único que deseaba era salir lo más pronto posible de aquel lugar, y eso hizo.

Al quedarse solos, Kame entró sin pedir permiso, cerrando la puerta, Jin se dirigió hacia el sillón y se dejó caer sobre de él.
-Esto se ve… diferente-
Dijo Kame sorprendido mientras miraba a su alrededor, estaba limpio y ordenado.
-Solo está limpio-
Dijo Jin con fastidio mientras encendía un cigarrillo.
-Pues se ve bastante bien, ya había olvidado que tan amplio era este lugar, hiciste un buen trabajo limpiando, me hubieses llamado, habría venido a ayudarte-
-Tú nunca has hecho esta clase de cosas, además para eso vino Matsumoto, no te fijes mucho en eso-
Kame observó fijamente a Jin.
-¿De verdad solo es un empleado? ¿No hacían nada diferente verdad?-
-Por supuesto que no, que cosas dices, deja tus celos a un lado, hoy no estoy de humor para escuchar tus reclamos y dudas-
-¿Sigues molesto conmigo?-
-No estoy molesto-
-Últimamente, cada que hablas conmigo, es como si estuvieses molesto, como si me odiaras, ¿acaso hice algo mal? ¿Ya no me amas?-
Esa última pregunta resonó en la cabeza de Jin como un eco, ¿acaso ya no amaba a Kame como solía hacerlo? ¿Desde cuándo? No estaba seguro pero sabía que no era una buena idea responder ahora.
-No digas esas cosas, mejor dime, ¿Tienes hambre?-
Kame se quedó callado por unos segundos, después sonrió y dijo.
-Un poco, ¿Quieres comer algo?-
-Sí, muero de hambre, ¿Te parece si salimos juntos a comer algo?-
Por primera vez, en mucho tiempo, Jin pudo observar la emoción en el rostro de Kame, era como la expresión de un niño pequeño al que le has dado una buena noticia, era tierno, y esto provoco que una sonrisa se dibujase en su rostro.
-De acuerdo, ¿A dónde iremos?-
-¿A dónde quieres ir tú?-
Preguntó Jin con una sonrisa en el rostro.
-Bueno, hace poco visité un lugar nuevo y la comida es bastante buena, ¿vamos? Traje mi auto, podemos ir en el-
-De acuerdo, solo iré por mi abrigo, no tardo-
Con una sonrisa, Kame asintió y observó como Jin entraba a su habitación. Minutos después ambos se encontraban en el auto de Kame rumbo a aquel restaurante.

Llegó a casa lo más rápido que pudo, y lo primero que hizo fue botar todas sus cosas sobre el sillón, entró a su habitación y se dejó caer sobre la cama. Estaba confundido, nervioso, asustado y decepcionado, todo al mismo tiempo, tenía unas increíbles ganas de llorar y al mismo tiempo de golpear algo. Sin embargo se contuvo, respiro profundo y cerró los ojos.
-Tengo que calmarme…-
Se dijo, intentado así tranquilizarse un poco, después de respirar profundamente varias veces, lentamente se reincorporó y se puso de pie, encendió su pequeño estéreo y ambiento el lugar con un poco de música, después se dirigió al librero y tomó su cajetilla de cigarros, estaba consciente de que se había prometido dejar de fumar, hacía tiempo que ya no lo hacía, pero esta vez lo necesitaba.
Se desplomó sobre el sillón, fumó y dejó salir aquel humo lentamente, después dejó el cigarrillo sobre un pequeño cenicero de cristal que estaba encima de la mesita de centro.
Por más que lo intentaba, no podía sacar de su mente lo ocurrido con Akanishi, todo estaba resultando tan extrañamente perfecto, ¿Por qué tenía que llegar su novio? No, esa no era la pregunta correcta, más bien sería ¿Por qué Jin tenía novio? Sentía que aquello no era justo, en lo absoluto, entonces comenzó a pensar, ¿Qué sería de su vida ahora si hubiese conocido a Jin mucho antes de que tuviera novio? Era una pregunta complicada, después de todo ignoraba que sería de la vida de Akanishi para ese entonces, y si comparaba los tiempos, el, en esa época, aseguraba estar completamente enamorado de Sho.
Sho… casi lo había olvidado por completo, ¿Cómo pudo olvidar la confesión de Sho? ¿Acaso no era lo que siempre estuvo esperando? ¿Por qué ahora que se había vuelto realidad no se sentía bien?
De pronto la cabeza comenzó a dolerle, después de todo ya eran demasiadas preguntas en su cabeza, en lugar de relajarse solo estaba agobiándose más de la cuenta, y todo por un simple beso.
-Un beso de Jin…-
Murmuró mientras volvía a fumar de su cigarro y dejaba salir el humo lentamente. De pronto pudo percibir el suave aroma de Akanishi, era tonto, ¿Cómo era posible que percibiera su aroma si ni siquiera estaba cerca de él?
Entonces reaccionó y recordó que llevaba puesta su ropa.
-¿Así que es por esto eh?-
Observó fijamente los pantalones y la playera que llevaba puestos, después se dejó caer sobre el sillón, se acomodó en posición fetal y se abrazó con fuerza, como si así fuese capaz de abrazar a Akanishi.
-Esto está mal… pero… ¿Qué puedo hacer?...-
Se dijo en voz baja sin dejar de abrazarse, de embriagarse del suave aroma de Jin que se desprendía de su ropa, al mismo tiempo, volvía a sentir la suave sensación de los labios de Akanishi sobre los suyos. Y sin más, lentamente, se quedó profundamente dormido.

Después de haber comido en un restaurante ligeramente lujoso, ambos volvían al departamento de Jin, al parecer Kame hablaba y hablaba cosas que Jin no escuchaba claramente, simplemente no le estaba prestando la atención suficiente, no tenía ánimos, no podía sacarse de la cabeza a Matsumoto, ¿Por qué lo había besado? No lograba comprenderlo, pero de algo estaba completamente seguro, no se arrepentía de haberlo hecho.
-Jin…-
-¿Sí?-
-Ya llegamos…-
Dijo Kame tímidamente, desde hace unos minutos había notado que Jin no le prestaba atención y deseaba saber porque.
-Ah… gracias por la cena…-
-De nada-
Ambos se quedaron en silencio, después Kame habló.
-¿Puedo… entrar?-
Jin meditó aquello, en realidad quería estar solo, pero ¿Cómo decirlo sin que Kame se molestara? Bueno, no había forma, así que igual trataría de afrontar la reacción de Kame.
-Lo siento, me siento muy cansado, ¿te parece si mejor nos vemos mañana?-
Extrañamente, Kame aceptó tranquilamente.
-De acuerdo, descansa-
Jin trato de no demostrar su asombro.
-Gracias… nos vemos-
Torpemente se quitó el cinturón de seguridad y abrió la puerta, estaba a punto de salir, hasta que Kame habló, deteniéndolo.
-Jin… te amo-
Sorprendido, miró a Kame, no sabía que decir, una parte de él deseaba decirle que también lo amaba, pero ni una sola palabra salía de su boca, ¿Por qué?
-Nos vemos mañana…-
Fue lo único que logró responder, rápidamente salió del auto y entro al edificio.
Kame se quedó inmóvil durante unos segundos observó como Jin entraba al edificio, después pudo sentir como un profundo dolor le oprimía el pecho, deseaba gritar, desahogarse… llorar. Así que arrancó el auto y condujo hacia el único lugar en donde podía hacerlo.

Al sentir un poco de frío se movió un poco, trató de volver a dormir pero fue imposible, le dolía la espalda por la incómoda posición en la que había dormido, así que sin más se reincorporó, instintivamente miró hacia la ventana, estaba todo completamente obscuro, provocando que se desorientara un poco.
-Pero… ¿Qué hora es?...-
Se preguntó mientras bostezaba y se tallaba los ojos, miró el reloj que estaba sobre el librero, eran casi las ocho de la noche.
De pronto la cabeza comenzó a dolerle acompañado de un vacío en el estómago.
-Dormí demasiado…-
Torpemente se puso de pie, caminó hacia la cocina y solo tomó un poco de agua, después le echó un vistazo al refrigerador.
-Con esto estará bien-
Dijo mientras tomaba un poco de jamón y de queso, así, se preparó solo un emparedado.
Estaba por terminar de comer cuando su teléfono comenzó a sonar.
-¿Quién podrá ser?-
Se preguntó, no tenía ánimos de hablar con nadie, pero aun así respondió.
-¿Sí?-
-Jun, ¿Cómo estás?-
-Sho… ahm… bien, estoy bien, ¿Por qué la pregunta?-
-Solo quería saber, ¿Estas ocupado?-
-No… no, solo estoy terminando de… cenar-
-Ya veo…-
-¿Ocurre algo?-
-Nada, solo llamaba para… para… escuchar tu voz… eso es todo-
Dicho esto, Sho dejó escapar una pequeña risa, que le causó un sentimiento extraño a Jun.
-Oh… bien… yo… yo también quería escucharte-
Mintió, no sabía porque, simplemente se sintió obligado a hacerlo.
-¿De verdad?-
Jun pudo percibir la ilusión en la voz de Sho, esto lo hizo sentir más culpable.
-¿Estas en el trabajo?-
-Sí, hoy saldré tarde-
-Una vez más ¿Cierto?-
Sho río ante el comentario sarcástico de Jun.
-Jun… ¿Puedo escuchar tu respuesta ahora?-
Era lógico que la respuesta era un no, sin embargo Jun estaba confundido, no quería que Sho pensara que evitaba darle una respuesta, aunque eso era verdad.
-Yo… yo… pues…-
Sho suspiró.
-Está bien, de todas formas, sea lo que sea, es mejor escucharlo en persona, así que… ¿Estas libre mañana?-
-¿Mañana?... Sí… después del trabajo…-
-Perfecto, pediré día libre para mañana así que ya es un hecho, ¿De acuerdo?-
-De acuerdo…-
-Bien, entonces… hasta mañana…-
-Hasta mañana…-
-¿Ya no saldrás ahora o sí?-
-¿Eh?... no, no, ¿Por qué habría de salir ahora?-
-Bien, entonces, descansa-
La felicidad que transmitía Sho en su voz agobiaba a Jun, se sentía mal, inquieto, culpable.
-Gracias… tú… regresa con cuidado a casa-
-Lo haré, hasta mañana-
-Hasta mañana…-
Así, Jun colgó, no quería esperar a escuchar que más le podría decir Sho, solo lo haría sentir más culpable, sentía que lo estaba traicionando, al no ser honesto, pero ¿Cómo ser honesto cuando él mismo desconocía lo que sentía?
De nueva cuenta aquel beso con Jin apareció en su mente, aún llevaba su ropa, así que aun podía percibir aquel aroma, era realmente delicioso. De pronto la voz de Jin cantando comenzó a resonar por su cabeza, ya no podía evitarlo más, necesitaba escucharlo, necesitaba verlo, ahora.
Así que con rapidez entró a su habitación y se cambió de ropa rápidamente, tomó sus llaves y las guardo en el bolsillo de su abrigo, a propósito dejó su teléfono sobre la mesa y sin más salió, sabía perfectamente a donde quería ir, en donde quería estar, en donde seguramente estaría Jin.

Acababa de ducharse y cambiarse, se sentía extraño, la triste mirada de Kame al no recibir una respuesta de su parte lo hacía sentirse pésimo, pero es que no podía hacer nada, en verdad dudaba demasiado de sus sentimientos por Kame.
-¿Por qué?...-
Se preguntaba mientras terminaba de guardar su guitarra. Tomó sus llaves, se puso su elegante chamarra de cuero, tomo su guitarra y antes de salir le hecho un vistazo a su departamento, en verdad lucía muy diferente, de pronto comenzó a recordar como Matsumoto le ayudaba a ordenar todo, a limpiar, después como lucía con su ropa puesta, luego, aquel beso, ¿Por qué lo había besado? No estaba bien, él tenía a Kame, al único que podía besar era a Kame, eso lo sabía perfectamente, y sin embargo lo había hecho. Pronto, lo único que ocupaba su cabeza era la sensación de aquel beso, lo bien que sintió cuando Matsumoto jugaba con su cabello, lo dulces que eran sus labios, lo deliciosos que eran, era algo extraño, diferente, jamás se había sentido así, ni siquiera con Kame, a quien supuestamente amaba y le debía tantas cosas.
-¿Por qué lo besé?-
Estaba consciente de la respuesta, solo que ahora no estaba completamente consciente como para aceptarla.
Con un suspiró se dio media vuelta, apagó la luz y salió del departamento, necesitaba cantar para desahogarse, pero era evidente que necesitaba más ver a Jun, aunque estaba seguro de que no era lo más correcto ni lo más justo para Kame.

Leía tranquilamente su libro favorito por tercera vez, no había nada más que hacer, le gustaba, el silencio y soledad de su departamento eran ideales para leer un rato.
Justo llegaba a la mejor parte de su lectura, cuando el sonido del timbre lo desconcentró completamente. Pensó en no abrir, no esperaba a nadie, sin embargo el timbre volvió a sonar, esta vez con más insistencia, esto lo estaba desesperando.
-¿Quién es?-
Gritó desde la comodidad de su sillón, pero nadie respondió, en su lugar sonó nuevamente el timbre, era evidente que esa persona no se marcharía tan fácilmente, así que con un suspiro, se puso de pie, dejó el libro sobre el sillón y caminó hacia la puerta.
Al abrir se llevó una gran sorpresa, esa persona se había lanzado sobre el rápidamente, colgándose de su cuello, al reconocerlo, se sorprendió.
-Ka… Kame… ¿Qué sucede?-
-Yamapi…-
Susurró Kame, trataba de contener su llanto, como pudo Yamashita cerró la puerta y trató de alejar a Kame.
-¿Qué sucede?-
Pero Kame se reusaba a soltarlo, así que se aferró más a Yamashita, quien al sentir tanta opresión trato de hablar.
-Si… continúas apretándome así… moriré…-
Con esto solo logró que Kame dejase de abrazarlo tan fuerte, pero que no lo soltara.
-¿No vas a decirme que sucede?-
Kame no dijo nada, esto solo quería decir una cosa, Yamashita comprendía ahora las cosas, era por Jin.
-¿Ahora que te hizo?-
Preguntó con fastidio mientras lograba apartar a Kame. Este solo bajó la mirada y no respondió.
-¿Estás así por Jin cierto?-
Kame no respondió, pero en su lugar unas lágrimas se escaparon de sus ojos y se deslizaron por sus mejillas, esto solo provocó que Yamashita se enojara.
-¿Qué fue lo que te hizo ese idiota?-
-Yamapi…-
Dijo débilmente mientras levantaba la mirada. Yamashita pudo ver los ojos llenos de lágrimas de Kame.
-Yamapi… él… ya no me ama…-
Dicho esto, se desplomó, cayendo de rodillas al suelo, con el semblante preocupado, Yamashita se arrodilló y miró a Kame.
-¿Por qué lo dices? ¿Te lo dijo?-
Kame negó con la cabeza, después respondió.
-No hace falta que me lo diga… estoy seguro de que Jin ya no me ama-
-Kame… tal vez estas mal interpretando las cosas-
-¡¡¡¿Cómo se puede mal interpretar algo tan evidente?!!!-
Gritó esta pregunta con todas sus fuerzas. Yamashita no sabía que decir o que hacer, le dolía tanto ver a Kame tan desecho, pero no podía hacer nada.
-Anda, levántate, te haré un té, te ayudará-
Kame dejó que Yamashita lo levantara.
-No creo que un té me ayude a recuperar el amor de Jin…-
Dijo en voz baja mientras limpiaba el rastro de sus lágrimas.
-Tienes razón, pero te ayudará a tranquilizarte un poco, anda, ven-
Le dijo mientras lo llevaba hacia la sala y lo sentaba sobre uno de los sillones, después lo dejó para ir a la cocina.
Mientras Yamapi preparaba el té, Kame miraba con cuidado los muebles, el departamento de Yamapi siempre lucía igual, ordenado y con pocas cosas, de pronto observó el libro que este había dejado sobre el otro sillón, con una débil sonrisa lo tomó.
-¿Otra vez leyendo esto?-
Cuando pregunto, Yamashita ya estaba de regreso con una taza en las manos.
-Me gusta mucho ese libro, no puedo evitarlo-
-Pero es la tercera vez que lo lees-
-¿Y qué? Tú siempre ves la misma película y nunca te digo nada-
Por primera vez, Kame sonrió más relajado, al verlo, Yamashita también sonrió.
Al darle el primer trago al té pudo sentir como el cálido líquido pasaba por su garganta, era relajante.
-Gracias… esta delicioso-
-Es solo té verde-
Dijo sonriente mientras se sentaba junto a él. Ambos se quedaron en silencio, Kame tomaba su té lentamente y Yamapi continuaba leyendo, de pronto, fue Kame quien rompió con el silencio.
-¿Puedo… dormir aquí esta noche?-
-¿De nuevo hay problemas en tu casa?-
-No… pero no quiero dormir solo esta noche…-
Yamashita suspiró mientras cerraba el libro y lo colocaba sobre la mesa de centro.
-De acuerdo, iré a preparar el futón, no tardo-
Sin más, se puso de pie, entro en la habitación, dejando la puerta abierta, pero mientras bajaba unas cobijas del closet, escuchó como la puerta se cerraba.
Confundido, se giró para ver si había sido Kame, pero justo estaba por mirar cuando Kame lo besó sorpresivamente, rodeando su cuello con ambos brazos.
Yamashita intentaba reaccionar, pero la insistencia en aquel beso por parte de Kame era tal, que no pudo resistirse más, respondiendo inevitablemente a aquel contacto mientras dejaba caer las cobijas al suelo.

Estaba por llegar a aquel café, estaba nervioso, el estómago le dolía, las manos le sudaban, sus pasos eran cada vez más lentos, hasta que de pronto, estuvo frente a aquel café, desde afuera pudo escuchar la voz de Jin, cantando, como siempre, magnifico, el sonido de su voz lo hipnotizaba, así que dejando aquella sensación de nerviosismo a un lado, entró.
Tomó asiento en una mesa un poco alejada al escenario, pero donde podía ver perfectamente a Jin, cantar.

Al parecer el cantar estaba resultando, su mente se despejaba lentamente, no podía pensar en otra cosa que no fuese la letra de su canción, o al menos así era cuando sintió una mirada extraña, familiar, no quería buscar, estaba seguro de que podía ser cualquier persona menos Matsumoto, sin embargo sus ojos actuaron en contra de su voluntad y comenzó a buscar entre la multitud, después de unos segundos lo vio, ahí, sentado, tomando un café, mirándolo fijamente.
Ambos se miraban fijamente, Jun deseaba apartar la mirada, pero los ojos de Jin lo absorbían por completo, ahora no había escapatoria, ya estaba ahí y no deseaba marcharse.
En cuanto la canción termino, las luces regresaron a la normalidad, incluso la gente volvió a sus respectivas conversaciones, fue así como Jun salió de aquel transe y desvió la mirada solo para tomar un poco de su café.
Jin no sabía qué hacer, estaba… ¿nervioso? ¿Por qué?
Sin más remedio, guardó su guitarra, su turno había terminado, estaba por salir pero sin darse cuenta ya estaba caminando hacia la mesa en donde Matsumoto se encontraba, así que sin más remedio, lo saludó.
-Ho… hola… ¿Qué te trae por aquí?-
Trató de sonar natural.
-Ah… solo, quería un poco de café, el de aquí me gusta mucho, por eso vine-
-Vaya…-
-¿Ya… te vas?-
Preguntó Jun.
-Sí, mi turno terminó y estoy cansado...-
-Ya veo, seguramente tu novio te espera en casa-
Dijo con cierto tono de desprecio.
-No, Kame ya se fue a casa-
No comprendía por que le estaba explicando eso a Jun.
-Bien, es un chico… lindo, luce agradable-
-Sí… lo es-
Después de decir eso, ambos se quedaron en silencio.
-Bueno, yo… tengo que devolverte tu ropa-
Dijo Jun, imaginó que llevaba la ropa de Jin en una bolsa, al menos estaba seguro de que la había guardado en una.
Al notar que Jun se confundía, sonrió un poco.
-Creí que la traía… ahora veo que la deje en mi departamento-
-No te preocupes, no me la tienes que regresar ahora-
-Pero quiero hacerlo, vamos a mi departamento, solo te la doy y podrás irte, esta vez no es tan tarde-
Dijo Jun mientras se ponía de pie, Jin no sabía como reaccionar, aunque sabía que si deseaba ir con Matsumoto.
-De acuerdo, vamos, es temprano, no perderé el tren-
-Bien, vamos-
Dijo Jun mientras dejaba un poco de dinero sobre la mesa, así ambos salieron del café y comenzaron a caminar rumbo al departamento de Jun.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

En tus manos [Cap. 7]

Capítulo 7

Después de que ambos comieron y de que el mal humor de Ryosuke disminuyó considerablemente, ambos se pusieron en busca del camino de regreso, extrañamente la actitud de Ryosuke era como de superioridad, después de todo estaba seguro de que Yuto no encontraría el camino de regreso antes de la cena, y eso significaba tenerlo un mes más.
Sin embargo, la actitud de Yuto era demasiado tranquila, no estaba seguro del por qué, no pensaba en ello como un castigo, si no como algo, divertido, tal vez.
Todo parecía indicar que el triunfador sería Ryosuke, puesto que ambos habían tomado un autobús el cual por más que avanzaba no llegaba a donde Yuto esperaba.

-Vaya, vaya, tal parece que deseas quedarte un mes más, ¿o me equivoco?-
Preguntó Ryosuke con cierto tono de burla y una sonrisa triunfante en el rostro, sin embargo Yuto continuaba observando tranquilamente por la ventana, hasta que de pronto visualizó lo que esperaba, ya no estaban tan lejos de la casa de Ryosuke, y al parecer justo a tiempo, solo faltaban veinte minutos para las siete de la noche.
-Llegamos-
Dijo tranquilamente sin apartar la mirada de la ventana, sorprendido, Ryosuke miró rápidamente, efectivamente ya estaban cerca, y justo a tiempo, esto solo provocó que la decepción lo inundara momentáneamente, no había forma de retener a Yuto por un mes más y eso lo frustraba. Sin embargo, Yuto no quería ver a Ryosuke, no deseaba que este se diera cuenta de su rostro reflejaba cierta decepción.

Ambos bajaron del autobús y caminaron en silencio, era como si la energía de ambos se hubiese desvanecido, ninguno decía o hacia algo, formándose así una atmosfera bastante pesada, ya faltaba muy poco para llegar a la majestuosa mansión de la familia Yamada.
Justo al llegar, después de ser recibidos por el mayordomo, Ryosuke se detuvo repentinamente, y sin mirar atrás, trató de sonar calmado y normal.
-Tal parece que hoy fue tu día de suerte, felicidades-
Ryosuke intentó seguir con su camino con cierta naturalidad, sin embargo Yuto se detuvo, y con voz ligeramente débil logró decir.
-Lo siento-
Sorprendido, Ryosuke se detuvo y se giró solo para ver a Yuto ahí, de pie, con la mirada desviada.
-Tal vez… tal vez tu esperas que me quede por mucho más tiempo, hasta que estés satisfecho, pero yo no puedo hacerlo, tengo algo que hacer en cuanto salga de aquí, ahora que si tú me dices claramente que deseas que me quede aquí por más tiem-
-Te marcharas cuando el plazo se haya terminado-
Lo interrumpió Ryosuke con voz fría y firme.
-Después de todo solo estas aquí para saldar tu deuda, después de que eso ocurra, podrás marcharte, no necesito que pienses en la manera de quedarte aquí, no creas que necesito de tu compañía para sentirme satisfecho-
Dicho esto, Ryosuke dio media vuelta y continuo con su camino, acelerando el paso cada vez más. Mientras que Yuto se quedó inmóvil por unos segundos, después de reaccionar comenzó a caminar lentamente detrás de Ryosuke, sonriendo débilmente.
“-Eso ya lo sabía…-”
Se dijo mientras continuaba con su camino.

Por el resto de la tarde, Yuto no vio a Ryosuke, estuvo bastante rato encerrado en su habitación, y cuando salía no lograba encontrárselo.
“-Tal vez salió-”
Pensó mientras caminaba rumbo al jardín, deseaba relajarse un rato, y el atardecer parecía perfecto para ello.

Ya dos días había transcurrido y Yuto no había visto a Ryosuke por ningún lado, le preguntaba a las sirvientas por él y solo le respondían que estaba encerrado en su habitación y que no deseaba ver a nadie, esto era preocupante. Ni siquiera salía para ir a la escuela, después de todo era algo que no le preocupaba en lo más mínimo, solamente abría la puerta para recibir sus alimentos, ni siquiera dejaba entrar a las sirvientas.

-Esto ya fue demasiado, ¿no les parece?-
-Lo sé… pero no deja que nos acerquemos… ¿Qué vamos a hacer?-
-Tranquilas, ya saldrá, cuando se encerró por primera vez salió después de un tiempo sano y salvo, no tenemos de que preocuparnos, estará bien-
Dijo el mayordomo intentando calmar a las sirvientas.
-¿Y si llamamos a sus padres?-
-Ellos no vendrán, están ocupados, ya lo sabes, solo nos queda esperar, mientras siga comiendo no hay de qué preocuparnos-
-Tienes razón…-

Yuto escuchaba atentamente lo que la servidumbre decía, ya eran dos días de encierro.
-¿Pero que pretende? ¿No salir hasta que me vaya de aquí?-
Murmuró mientras se alejaba.
“-No es la primera vez que hace esto… pero ¿Por qué lo hace?-
Se preguntaba mientras caminaba rumbo a su habitación, inevitablemente, como siempre, paso justo frente a la habitación de Ryosuke, y si no hubiese sido por un estruendoso ruido proveniente del interior, no se hubiese detenido.
-¿Qué fue eso?-
Se dijo mientras se detenía en seco, al parecer algo se había roto, desesperado se acercó a la puerta, trató de escuchar algo más pero nada, no había ningún otro sonido, esto solo lo preocupó más, así que desesperado, intentó abrir la puerta.

-¡¡¡Ryosuke!!! ¡¡¡Abre la puerta!!!-
Gritó al mismo tiempo que golpeaba e intentaba abrir, pero no obtuvo respuesta alguna, esto solo lo hizo preocuparse aún más.
-¡¡¡Abre la puerta por favor!!!-
Gritaba, pero sin respuesta, esto era realmente desesperante, afortunadamente la servidumbre también escuchó el ruido y los gritos de Yuto, así que una sirvienta le dijo.
-Joven Yuto, aquí tengo la llave-
Dijo la chica mientras le daba una pequeña llave plateada a Yuto.
-Gracias, déjenme todo a mí, si algo sucede saldré por ustedes, ¿de acuerdo?-
Las dos chicas que estaban ahí asintieron con la cabeza, con destreza y rapidez, Yuto logró abrir la puerta, cerrándola tras de sí.
Asustado, miró a su alrededor, Ryosuke no estaba por ningún lado, aparentemente.
-Ryosuke, Ryosuke, ¿estás bien?… ¿en dónde estás?-
Estaba comenzando a desesperarse y asustarse demasiado a medida que avanzaba y recorría la habitación, cuando de pronto escuchó un sollozo, provenía del baño. Rápidamente Yuto caminó hacia aquel cuarto y abrió la puerta, encontrándose con Ryosuke, recostado en el suelo en posición fetal, llorando, en el suelo había pedazos de vidrio, el espejo estaba destrozado.
Más asustado aún, ante tal imagen, Yuto se acercó de prisa a Ryosuke e intentó levantarlo.

-¿Estas bien? ¿Qué paso?-
Tratando de contener aquellos sollozos, Ryosuke se reincorporó más fácilmente, se limpió el rostro y desvió la mirada.
-Estoy bien-
Dijo fríamente.
-¿Seguro? Déjame verte-
Pidió Yuto suplicante, estaba preocupado, no lograba entender la actitud del mayor.
-Ya te dije que estoy bien-
Respondió con frialdad, aún sin mirar a Yuto, en cambio, este lo observó detenidamente, hasta que notó que su mano derecha estaba sangrando, al parecer había golpeado el espejo con el puño.
-Por supuesto que no estás bien, estas herido-
-¡¡Eso no te incumbe!!-
Dijo con voz más fuerte mientras ocultaba su mano detrás de su espalda.
-¡¡Claro que me incumbe!! ¡¡Estas herido y siento que es por mi culpa!!-
Yuto alzó la voz, estaba desesperado por hacer entrar en razón a Ryosuke, este solo lo miró, por primera vez, extrañado.
-Anda, te ayudaré, tenemos que desinfectar eso-
La voz de Yuto aún era fría, se puso de pie y levantó con cuidado a Ryosuke, llevándolo hacia un pequeño sillón junto a la cama, lo sentó y le dijo firmemente.
-No te muevas, pediré que traigan unas vendas y alcohol-
Ryosuke no hizo ni dijo nada, solo observó cómo Yuto abría la puerta y salía.
Instantes después regreso, aún con un semblante serio. Sin más, tomó asiento a su lado. Ambos se quedaron en silencio, Ryosuke comenzaba a sentirse inquieto, tenía ganas de romper con aquel incómodo silencio.
-Yo-
-¿Qué tratabas de hacer?-
Preguntó Yuto con frialdad.
-Solo te diré que no puedo pagarle una deuda a alguien muerto-
-¡¡No intentaba morir!!-
Exclamó rápidamente.
-¿Entonces? ¿Qué pretendías? ¿Por qué no has salido en estos días?-
-No es de tu incumbencia-
Respondió con indiferencia mientras desviaba la mirada y se cruzaba de brazos.
-¡Por supuesto que me incumbe! Ya te lo dije, ¿acaso tiene que ver conmigo? ¿Hice algo malo? ¿Dije algo malo? ¡¡Habla!!-
Yuto se giró para ver a Ryosuke, mientras este simplemente desviaba la mirada.
-Responde… por favor-
Dijo Yuto, esta vez más tranquilo.
-No es nada, simplemente no me apetecía salir ni ver a nadie, no tiene nada que ver contigo, ¿satisfecho?-
Respondió Ryosuke con indiferencia mientras se cruzaba de brazos.
-¿Acaso es por lo que dije la otra vez? Sobre que no puedo quedarme hasta que estés satisfecho, ¿es por eso?-
-¡¡Por supuesto que no!!-
Exclamó rápidamente, sorprendiendo a Yuto.
-Sé que no lo entenderías, pero yo no puedo permanecer aquí, estoy seguro de que tarde o temprano me encontrarán y entre más lejos este de aquí mejor-
Yuto bajo la mirada y dejó escapar un pequeño suspiro. Ante tal acción, sin importarle las consecuencias, Ryosuke dejó escapar una risa burlona.
-No me digas que ahora te preocupas por mi seguridad, por favor, es ridículo, nunca nadie se ha preocupado por mí y tú no serás el primero, si tanto quieres irte de aquí, anda, ¡vete!… no te necesito-
Estas últimas palabras las dijo con demasiada frialdad, al mismo tiempo que se giraba para darle la espalda a Yuto, este no dijo nada más, sabía que tal vez Ryosuke hablaba así por puro instinto, así que lo mejor era dejar las cosas así.
Instantes después, alguien tocó a la puerta, Yuto se puso de pie y abrió, una de las criadas le entregó el botiquín y se marchó. A paso lento, Yuto se acercó a Ryosuke, de nueva cuenta se sentó a su lado, colocó el botiquín en sus piernas, lo abrió y saco un pequeño frasco con alcohol, gasas, algodón y vendas.
-Dame tu mano-
Pidió con tranquilidad.
-No, yo puedo hacerlo, puedes irte-
Dijo Ryosuke con el mismo tono frío, Yuto estaba perdiendo la paciencia, sin embargo, respiró profundo, y sin decir nada, tomo la mano herida de Ryosuke y con delicadeza, comenzó a desinfectarla.
En cuanto sintió el fuerte ardor producido por el alcohol sobre su piel, quitó su mano rápidamente y le gritó a Yuto.
-¡¡¡ ¿Pero qué te pasa idiota?!!!-
Yuto no respondió ante semejante agresión e intentó tomar de nueva cuenta la mano de Ryosuke, pero este no iba a dejar que eso ocurriese tan fácilmente.
-¡¡¡Te dije que no te necesito!!!-
Yuto continuaba ignorando el mal humor de Ryosuke, intentando tomar su mano, aunque el mayor se negaba rotundamente a dársela.
-De acuerdo, no quieres mi ayuda, perfecto, no te la estoy ofreciendo, sin embargo no puedo dejarte en esta condición, así que quieras o no voy a desinfectar ésta herida, después de eso me marcharé y no volverás a saber de mí, ¿de acuerdo?-
El tono en la voz de Yuto era firme y frío, ocasionando así que Ryosuke se callara y dejara de moverse, lo que facilito para Yuto proseguir con lo que hacía.

Al volver a colocar el algodón con alcohol sobre su herida, Yuto pudo notar como Ryosuke se contenía para no gritar, así que para distraerlo un poco de aquel dolor, intentó hablar con él.
-¿Por qué rompiste el espejo de esa manera?-
Ryosuke se quedó en silencio, desvió la mirada, después respondió.
-Por nada en especial…-
-¿Me dirás por que no has salido en dos días?-
Al finalizar la pregunta, Yuto terminó de desinfectar la herida, soltó la mano de Ryosuke por unos momentos solo para tomar las vendas, después, con la misma delicadeza, comenzó a vendarle la mano.
-Porque no tenía ganas, eso es todo-
-¿De verdad?-
-Si…-
-Vaya… entonces ¿Por qué parece que estas molesto conmigo?-
De nueva cuenta, Ryosuke se quedó en silencio, esto duro por unos cuantos segundos, después Yuto volvió a hablar al notar que Ryosuke no sabía como responder esta vez.
-Es porque te dije que no puedo quedarme más tiempo que el acordado ¿Cierto?-
Ryosuke seguía sin responder.
-Tengo algo que hace antes de decidir quedarme aquí el tiempo que tú lo desees-
-Y… ¿Qué es lo que tienes que hacer?-
Preguntó con tono indiferente, Yuto termino de vendar la mano de Ryosuke y lo soltó suavemente.
-Tengo que… salvar a un amigo…-
-¿Salvarlo? ¿De qué?-
-Del lugar en donde me encontraba…-
-¿De los tipos de aquel día?-
Yuto asintió con la cabeza.
-¿Y si lo solucionas pronto… te quedarás más tiempo?-
Esta vez la voz de Ryosuke era débil y antes de que Yuto respondiese continúo hablando.
-No pienses que quiero que te quedes para siempre… solo… solo en lo que encuentro algo más… divertido-
Ahora su voz tenía cierto nerviosismo, pero Yuto no se dio cuenta de ello.
-Lo se…-
Dijo débilmente, acto seguido, ambos se quedaron en silencio. Después Yuto se puso de pie.
-Bien, ahora me voy, he cumplido por hoy, y te aseguro que… no me iré hasta cumplir con el tiempo acordado-
-Aún siguen siendo dos meses-
-Así es-
-Aún sigues siendo mi compañía especial-
-Lo sé-
Yuto estaba por dar un paso más, pero las palabras de Ryosuke se lo impidieron.
-Por lo tanto, no te puedes ir ahora, quiero que te quedes aquí-
-Pero si habías dicho que me fuera en cuanto terminara-
-Cambie de opinión-
Dijo mientras se ponía de pie.
-¿Por qué haces esto?-
La voz de Yuto sonaba ligeramente fastidiada, sin embargo Ryosuke sonrió débilmente.
-Porque no se hacer otra cosa, así soy yo-
Yuto observó detenidamente a Ryosuke, como si así pudiese entenderlo un poco mejor.
-¿Y qué quieres que haga?-
Dijo mientras se cruzaba de brazos y no despegaba la mirada de Ryosuke.
-Ya lo dije, que te quedes, no sé qué más quieras hacer-
Esta vez una sonrisa triunfante estaba dibujada en el rostro de Ryosuke, esto comenzaba a desesperar a Yuto.
-Bien, me quedaré, pero ahora que me quedo, quiero que me expliques claramente tus intensiones-
Yuto había vuelto a tomar asiento en aquel pequeño sillón, Ryosuke hizo lo mismo.
-¿Por qué te encerraste así?-
-No quería verte-
Esta vez respondió demasiado rápido, y con una seguridad que dejó a Yuto sin aliento por unos segundos.
-¿Por qué no querías verme?-
-No lo sé, estaba enojado, frustrado, siempre sucede lo mismo, todo el mundo termina por fastidiarse de mí y me abandonan, eso hacen mis padres, imaginé que tu harías lo mismo-
Ahora la voz de Ryosuke estaba carente de sentimiento alguno, al mismo tiempo su mirada se volvía vacía.
-¿Solo porque te dije que no me quedaré más tiempo?-
Ryosuke asintió con la cabeza.
-Sé que no me soportas, pero no puedo hacer nada, no conozco otra forma de tratar a las personas, así he vivido y así será siempre, no eres la primera persona que me abandona y se cansa de mí, aunque eres el que más ha durado dentro de esta casa-
-Ya te expliqué que no puedo hacerlo, aunque quiera-
-No estoy seguro que quieras quedarte, y ya me dijiste tus razones, aparentemente tienes a alguien a quien proteger, y está bien, puedes hacerlo, solo después de saldar tu deuda conmigo-
-¿Tanto deseas que me quede más tiempo?-
Esta vez Yuto sonaba mucho más relajado e inevitablemente se había dibujado una sonrisa en su rostro, provocando así que Ryosuke se exaltara y se ruborizara levemente.
-¿Qué imaginas? ¿Qué te estoy rogando para que te quedes? No me mal interpretes-
-Si yo no estoy imaginando nada, esa impresión me da tu actitud tan caprichosa-
Al ver la sonrisa en el rostro de Yuto, se ruborizó aún más, estaba siendo avergonzado y eso no le agradaba en lo absoluto.
-Pues puedes imaginar, pensar o sospechar lo que te dé la gana, eso no es verdad-
-¿A no?-
-No-
Esta vez se cruzó de brazos y desvió la mirada, intentando así ocultar el rubor en sus mejillas, pero para ese entonces Yuto ya lo había notado.
-Así que… no me estas rogando ni tratando de convencerme de que me quede más tiempo eh… que interesante… entonces, ¿Por qué te sonrojas?-
Ryosuke se sorprendió demasiado ante semejante pregunta, tanto, que miró a Yuto de inmediato, encontrándose con la sonrisa traviesa de este.
-¿Te burlas de mí?-
-Claro que no-
Dijo Yuto tratando de borrar la sonrisa de su rostro, pero era imposible, le divertía mucho la situación ahora, olvidándose de la angustia y el enojo que antes había sentido.
-Así que te burlas de mi eh… ya te enseñaré quien se ríe de quien…-
Ante tal comentario, Yuto se sorprendió, y antes de poder decir o hacer algo, pudo sentir los labios de Ryosuke sobre los suyos.

En un pequeño bar, Yabu tomaba unas cuantas copas, solo así podía despejar su mente un rato, después de todo no tenía nada mejor que hacer, todo iba perfectamente bien hasta que alguien se sentó a su lado, trato de no darle importancia, pero se sorprendió al notar que esa persona era Takaki.
-¿Qué haces aquí?-
Preguntó con fastidio mientras se tomaba el resto de su bebida.
-Vine por ti-
Respondió Takaki con tranquilidad.
-No necesito que vengas por mí-
-Pero yo necesito cuidarte-
Ante tal respuesta, Yabu se sorprendió y miró fijamente a Takaki, quien miraba hacia el frente, como si evitara mirar a Yabu a los ojos.
-Pues no necesito que me cuides, se perfectamente cómo cuidarme-
-Estas muy tomado, te llevaré a casa-
-¡No necesito que me cuides Yuya!-
Yabu miró con frialdad a Takaki, pero este pareció no darle importancia, suspiro y tomó a Yabu del brazo.
-Te llevaré a casa quieras o no-
Mientras tomaba a Yabu, sacó dinero de su bolsillo y lo dejó sobre la mesa.
Con mucho esfuerzo logró sacar a Yabu de aquel bar, entre jalones y empujones, al fin lo había conseguido, sin embargo lo peor estaba por comenzar, ya que estando afuera, Yabu golpeo con todas sus fuerzas a Takaki, alejándolo así bruscamente.
-¡¡¡Te dije claramente que no necesito que me cuides!!!-
-¡Y yo te dije claramente que no me importa!-
-¡¡¡¿Por qué no me dejas en paz?!!!-
-¡Sabes muy bien que no puedo dejarte así!-
Ambos se gritaban en medio de la calle, afortunadamente todo estaba vacío, o al menos era muy poca le gente que transitaba por aquel lugar.
-¡¡¡Deja de tenerme lástima!!!-
Esta vez Yabu grito mucho más fuerte, dejando a Yuya sorprendido y sin palabras.
Lenta y torpemente se acercó a Yabu, y sin que este se lo esperase, lo abrazo protectoramente, el mayor trato de oponer resistencia, pero al escuchar las palabras de Yuya se quedó completamente inmóvil.
-No te tengo lástima, eso jamás. ¿Acaso no puedes ver mi deseo por protegerte?-
Yabu estaba sin habla, no esperaba escuchar esas palabras, si bien Yuya siempre lo cuidaba y protegía sin decir nada, jamás se imaginó algún día escuchar algo así.
-Deja de… decir tonterías y suéltame…-
-No lo hare… no permitiré que vuelvas a ese bar, te llevaré a casa quieras o no-
-¿A casa? Yo no llamaría a ese lugar casa…-
Takaki no dijo nada y continuo abrazando a Yabu, este no se movía tampoco.
-Pues aunque no te guste, te llevare ahí, necesitas descansar-
-¿Por qué me cuidas tanto? ¿Qué he hecho para que me cuides y protejas siempre? No soy alguien que valga la pena proteger… creí que lo sabías-
Después de decir esto, pudo sentir como Takaki se quedaba sin aliento y lentamente lo alejaba de su cuerpo, solo para lograr verlo a los ojos fijamente y así responder.
-¿No lo imaginas?-
Yabu no dijo nada, estaba sorprendido ante la mirada llena de ternura de Yuya, así que simplemente negó con la cabeza.
-Porque yo-
-¡¡No lo digas!!-
Gritó Yabu repentinamente mientras empujaba a Takaki lejos de él.
-¡No quiero escucharlo!-
Takaki se quedó en silencio, observando fijamente a Yabu.
-Ya entendí, volveré, así que ya déjame en paz por favor-
Así, con pasos torpes, Yabu comenzó a caminar, dejando a Takaki atrás, caminando sigilosamente detrás de él, sin molestarlo.

En cuanto llegaron a la gran casa, Takaki continuo siguiendo a Yabu hasta su habitación y justo al llegar hacia la puerta, Yabu se giró y le dijo a Takaki con cierta brusquedad.
-Ya vete-
Sin más, abrió la puerta, entró, estaba por cerrar la puerta pero Takaki lo detuvo, y con seriedad le dijo.
-Necesito hablar contigo-
-Pero yo no quiero, así que vete-
Respondió con frialdad.
-No te estoy preguntando si quieres hablar, tenemos que hablar-
Y con fuerza abrió la puerta, entró rápidamente y cerró la puerta.
-No sé de qué quieres hablar, pero no me interesa lo que tengas que decir-
-No voy a dejar que le hagas daño a Yuto-
Yabu se asombró al sentir la seriedad de Takaki.
-Lo que yo haga o no con ese sujeto no tiene nada que ver contigo, así que no te metas-
-Me meto porque lo que planeas hacer está mal Yabu, comprende, Yuto no te ha hecho absolutamente nada-
-¡¿Y tú qué sabes?!-
Gritó Yabu mientras se desplomaba sobre el sillón.
-Sé lo suficiente para decirte que tu manera de pensar es completamente errónea-
-Pues lo que tu sepas me tiene sin cuidado, no importa lo que me digas, ese mocoso pagara por todo lo que he pasado, así tenga la culpa o no-
-No voy a permitir que le hagas daño a Yuto-
Volvió a decir Takaki, Yabu lo miró con una sonrisa burlona dibujada en el rostro, torpemente se puso de pie, se acercó a él y le acarició el rostro.
-Pues si tanto te gusta… ¿Por qué no te vas con él?-
Takaki no supo como reaccionar, tenía a Yabu demasiado cerca, pero entonces este se alejó, caminó hacia la entrada y abrió la puerta.
-¡Anda! ¡Lárgate a proteger a tu querido Yuto y déjame en paz!-
Takaki bajó la cabeza y se dio media vuelta, camino hacia la puerta y antes de salir dijo.
-No sé qué hacer para que comprendas mejor las cosas… pero no voy a dejar que te sigas haciendo daño de esta manera-
Dicho esto Takaki salió, cerrando la puerta, dejando a Yabu completamente solo.
Lleno de una frustración inexplicable, caminó hacia su habitación, azotó la puerta y se tumbó sobre la cama, quedando bocarriba.
-¿Por qué lo proteges tanto?... Maldito mocoso… siempre tienes que quitarme lo que más quiero… te odio-
Dijo para sí, después cerró sus ojos y un par de lágrimas se deslizaron por sus mejillas, después de eso se quedó dormido lentamente.
Mientras, afuera, Takaki permanecía justo a un lado de la puerta, con la mirada triste.
-¿Cómo puedo hacer que comprendas que no deseo que continúes lastimándote de esta forma? ¿Por qué no puedes ver cuánto te quiero?-
Así, con semejante tristeza oprimiéndole el pecho, comenzó a caminar rumbo a su habitación.

Para cuando pudieron darse cuenta, ambos se besaban a un mismo ritmo, Ryosuke estaba encima de Yuto, acariciando suavemente su cuello, mientras que Yuto abrazaba a Ryosuke por la cintura, parecía que ninguno de los dos tenía intenciones de separarse, y así era.
De pronto, inesperadamente, Ryosuke dejó de besar a Yuto, pero solo para darle un beso en la mejilla, y así formar un camino lleno de besos rumbo a su cuello. En cuanto llegó comenzó a succionar esa parte de su cuello, provocando que Yuto dejase escapar un suspiró y lo abrazase con un poco más de fuerza.
Para cuando hubo terminado, una marca había quedado en el cuello de Yuto, al ver que su cometido estaba realizado, se alejó de Yuto y sonrió triunfante.
-Bien, es todo, ya te puedes ir-
En realidad Ryosuke deseaba, en el fondo, que Yuto se quedara, que volviera a besarlo como lo estaban haciendo antes. Pero eso no ocurrió.
Y es que al darse cuenta de que lo único que buscaba Ryosuke era marcarlo de esa manera para después reírse de él, se dio cuenta que jamás dejaría de ser una forma de distracción para el mayor.
-¿Eso es todo?-
Preguntó distante mientras se reincorporaba y se ponía de pie.
-Si-
Respondió, aún con aquella sonrisa en el rostro.
-Bien, pero antes de irme…-
Ryosuke observó extrañado a Yuto, había una sonrisa especialmente maliciosa en su rostro, cosa que no era normal, era la primera vez que veía esa expresión en su rostro.
-¿Qué-
Pero fue interrumpido por los labios de Yuto, quien lo besaba de la misma forma suave y calmada, era tan delicioso, que respondió de forma inmediata.
Y justo al igual que él lo había hecho, Yuto se dirigió a su cuello, comenzando así a succionarlo de igual manera, al darse cuenta, trató de oponer resistencia, pero era una sensación tan deliciosa, que sus fuerzas no eran suficientes, por lo que Yuto pudo cumplir con tu cometido de manera exitosa.
Al terminar, volvió a besar a Ryosuke un poco más, entonces se alejó lentamente y mirándolo a los ojos le dijo.
-Estamos a mano-
Y sin más caminó hacia la puerta y salió, dejando a Ryosuke completamente sonrojado y sin nada que decir, solo con aquella marca en su cuello, igual a la que él había dejado en el cuello de Yuto.
-¿Pero qué le pasa?...-
Murmuró mientras trataba de salir de aquel shock. Justo estaba volviendo a recordar la agradable sensación de los besos de Yuto, cuando una de las sirvientas abrió la puerta y tímidamente habló.
-Joven Ryosuke… ¿Se encuentra bien? ¿Quiere cenar?-
Molesto ante la interrupción de la sirvienta, se puso de pie y le grito.
-¡¡¿Por qué no tocas antes de entrar eh?!! ¡¡Entra al baño y limpia el desorden!! ¡¡¡Ahora!!-
-Si joven…-
Respondió la chica asustada. Ryosuke solo se cruzó de brazos y salió de su habitación, a lo lejos pudo ver como Yuto entraba a su habitación, aún con aquella sonrisa dibujada en el rostro, pensó en seguirlo, pero decidió no hacerlo, así que comenzó a caminar en dirección contraria, tenía hambre y esperaba que con la comida olvidara un poco lo ocurrido, aunque aún tenía un leve rubor en el rostro cada que recordaba aquel beso.

A la mañana siguiente, salió de su habitación, como de costumbre, con el uniforme puesto, no estaba seguro si sería necesario, después de todo Ryosuke era un chico extraño y caprichoso.
Caminaba por el pasillo, paso frente a la habitación de Ryosuke, y al alejarse solo unos pasos, escuchó como la puerta se abría, pensó que tal vez era su imaginación, puesto que el mayor jamás se levantaría tan temprano y mucho menos sin ayuda de las pobres sirvientas, así que continuo caminando con normalidad, hasta que escuchó una voz que, inevitablemente, hizo que un escalofrío recorriera su espalda.
-Recuerda que el que debe ir atrás eres tú, así que tu deber es esperar para que yo vaya adelante, ¿entendido?-
Sorprendido, Yuto se detuvo y pudo sentir como Ryosuke pasa a su lado.
-Bien, ahora continuemos-
Yuto observó extrañado la sonrisa dibujada en el rostro de Ryosuke, ¿Cómo era posible que además de haberse levantado temprano estuviese de tan buen humor?
-¿Qué no piensas venir?-
Preguntó con su rutinario tono de voz, Yuto sacudió la cabeza y asintió, caminando lentamente detrás de Ryosuke.

Cuando ambos llegaron al comedor, todas las sirvientas e incluso el mayordomo estaban bastante asombrados y ligeramente asustados, no era normal que Ryosuke bajase por su propia voluntad.
-Jo… joven Ryosuke… ¿Qué… qué desea desayunar?-
-Lo de siempre, ya lo sabes-
Respondió con indiferencia mientras tomaba asiento.
-¿Usted joven Yuto que desea?-
-Lo mismo…-
Yuto aún estaba impresionado al igual que todo el personal de la casa, al parecer Ryosuke no se molestaba en darles importancia.

Mientras los dos chicos desayunaban, un par de sirvientas cuchicheaban un poco, y es que ninguno de los dos chicos había escondido aquellas marcas que llevaban en el cuello, y eso era bastante extraño y daba mucho de qué hablar.
Como de costumbre, Yuto fue el primero en terminar su desayuno y justo al pasar junto a ese par de sirvientas pudo escuchar un poco de lo que decían.
-¿Los has visto?-
-Sí. Como es posible que ambos tengan… tengan… ¡Ah que vergüenza de tan solo pensarlo!-
Yuto trato de no darle importancia, se tocó el cuello sin querer y le dolió un poco, entonces recordó y entendió de lo que hablaban ese par de chicas.
“-No puede ser…-“
Pensó preocupado, miró a Ryosuke de reojo y vio la marca que le había dejado.
“-¿Cómo pude olvidarlo?-“
Rápidamente miró su reloj, aún había tiempo, así que corrió rumbo a las escaleras, subió y entro a su habitación, tenía que buscar algo con que cubrirse aquella marca.
“-¿Por qué tienen que pasar estas cosas?-“
Pensaba mientras buscaba algo, pero nada, no había con que cubrirse.
-Le preguntaré si tiene algo…-
Murmuró mientras salía de su habitación. De nueva cuenta bajó las escaleras, Ryosuke ya había terminado su desayuno y caminaba rumbo a la salida cuando Yuto se acercó a él y lo detuvo.
-Espera un segundo, no podemos irnos así-
Extrañado, Ryosuke preguntó con fastidio.
-¿Por qué no?-
-¿Acaso piensas salir con eso en tu cuello?-
Dijo Yuto susurrándole al oído, entonces Ryosuke reaccionó y se sorprendió.
-¡Es verdad!-
Ambos se miraron ligeramente nerviosos y se sonrojaron.
-Ah… ah… sube al auto… yo iré por algo-
-De acuerdo…-
Dijo Yuto mientras se cubría la marca con su mano y se alejaba.

Ya dentro del auto se dedicó a esperar a Ryosuke, aun cubriendo aquella marca con su mano.
Minutos después Ryosuke entró al auto y cerró la puerta, llevaba una bufanda que le cubría el cuello.
-Listo, podemos irnos-
Su expresión era tranquila y aliviada, sin embargo Yuto lo miraba extrañado.
-¿No te olvidas de algo?-
Preguntó nervioso y asustado.
-No, de nada, podemos irnos-
Le indicó al chofer y este puso en marcha el auto.
-¡Espera!-
-¿Qué?-
Preguntó con fastidio.
-Te olvidas de que yo…-
Antes de terminar se acercó a Ryosuke y le murmuró al oído para que el chofer no escuchase.
-Yo también necesito algo para cubrir esto-
Dijo señalando la marca en su cuello.
-No lo olvidé, simplemente no voy a darte nada, al menos no por ahora-
Yuto observaba la sonrisa triunfante de Ryosuke con asombro, ¿Cómo era posible que su capricho llegase tan lejos?
-Estás equivocado si piensas que voy a salir así-
Dijo con seriedad mientras intentaba abrir la puerta y salir pero entonces Ryosuke le dio la señal al chofer para que arrancase, evitando así que Yuto saliera del auto.
-¡Espera! ¡Detente! ¡Quiero bajar!-
-El auto no se detendrá hasta que lleguemos a la escuela-
Dijo Ryosuke con esa sonrisa burlona en el rostro, Yuto no sabía qué hacer, sin embargo no pensaba arriesgarse y salir así del auto, ya pensaría en algo al llegar a la escuela.
-No creas que vas a salirte con la tuya-
-No es algo que necesite creer, simplemente sucede-
Yuto estaba desesperado y enojado, ¿Por qué rayos tenía que ser tan caprichoso y egoísta?

El transcurso de la mañana fue demasiado incómodo para Yuto, no podía evitar el escuchar los murmullos de sus compañeros, era algo realmente molesto, y al parecer era Ryosuke quien disfrutaba de todo esto.
En cuanto llegó la hora del descanso, Ryosuke se acercó a Yuto.
-Es hora de comer algo, anda-
De mal humor, Yuto se puso de pie, aun podía escuchar como muchas chicas murmuraban a sus espaldas, estaba cansado, tenía que hacer algo para que las cosas terminaran parejas, entonces, justo cuando pasaban en medio del salón, Yuto actuó rápidamente, abrazando a Ryosuke por los hombros y pegándolo a su cuerpo mientras ambos continuaban caminando, y antes de salir del salón le dio un pequeño beso en la cabeza, provocando que más chicas observaran y comentaran lo ocurrido mientras que Ryosuke se ruborizaba y no sabía cómo reaccionar.
-¿Pero qué te pasa?-
Exclamó mientras alejaba a Yuto.
-Nada, simplemente pongo las cosas parejas nuevamente, joven Ryosuke-
Sorprendido por aquella respuesta, se detuvo un instante, después continuo caminando, con Yuto detrás de el.

Chinen estaba en la cafetería, tranquilamente comiendo mientras conversaba con sus compañeros de clase que lo habían invitado. No tenía el valor para ver a Daiki, así que acepto, esperando así que el mayor no lo viera en todo el día si era necesario.
-Chinen-kun, Tú debes conocer al chico nuevo ¿cierto? El que esta siempre con Yamada-kun-
Ligeramente molesto por la pregunta, desvió la mirada y respondió.
-No, no lo conozco-
-¿De verdad? ¿No se te hace muy extraño que de repente haya venido? Y muy recomendado por la familia de Yamada-
Comentó otro chico.
-No lo había notado-
Dijo fríamente, esto comenzaba a incomodarlo.
-Siempre están juntos, es como si fuese un especie de guardaespaldas para Yamada-kun, ¿no lo creen?-
Comento otro, los otros dos asintieron pero Chinen no dijo nada e intento cambiar la conversación, pero fue inútil.
-Últimamente no le hablas mucho a Yamada, ¿ya no son amigos?-
-¡Eso no tiene nada que ver con ustedes!-
Gritó, estaba molesto, fastidiado, así que sin más se puso de pie y se marchó a paso apresurado.
Justo al salir de la cafetería vio a Yuto, quien estaba recargado en la pared, al parecer, esperando a Ryosuke. Sin darse cuenta se quedó de pie, observándolo fijamente, con todos los comentarios de sus compañeros dándole vueltas en la cabeza.

Y es que había decidido esperar a Ryosuke afuera, en la cafetería había mucha más gente y ya estaba cansado de los rumores y murmullos a sus espaldas, pero mientras esperaba pudo sentir como alguien lo esperaba, y al mirar hacia su izquierda, se topó con la penetrante mirada de un chico bastante peculiar, a pesar de su corta estatura era bastante apuesto, aunque su rostro le mostraba todo menos ternura.
-¿Ocurre algo?-
Preguntó un poco tímido ante la penetrante mirada del chico.

Al escuchar esa pregunta, Chinen reaccionó, no se había dado cuenta de lo que hacía, así que se disculpó de inmediato.
-Lo siento, no era mi intensión incomodarte-
-En lo absoluto, no me molestas, es solo que pensé que ocurría algo, tu mirada es muy penetrante…-
Dijo Yuto con una sonrisa en el rostro.
-Disculpa-
Dicho esto, hizo una pequeña reverencia, estaba dispuesto a marcharse cuando alguien paso a su lado de prisa, era Ryosuke.
-No sé qué te gusta así que te compré lo mismo que yo, así que más te vale que te lo comas, ¿entendido?-
-Está bien-
Respondió Yuto con tranquilidad, Ryosuke comenzó a caminar, sin notar la presencia de Chinen, y antes de ir detrás del mayor, Yuto se despidió de él.
-Hasta luego-
Y con una sonrisa, se dispuso a caminar detrás de Ryosuke, pero este al escuchar que Yuto se despedía de alguien, se detuvo y se giró para ver de quien se trataba, se sorprendió bastante al ver a Chinen, sin embargo lo saludo con naturalidad, después de todo no estaba planeando evitarlo para siempre.
-Chinen, que sorpresa verte, ¿en dónde dejaste a tu protector eh?-
El tono de burla en la voz de Ryosuke hizo enojar a Chinen.
-¿A quién te refieres Yamada?-
-A Arioka, ¿Quién más va a ser?-
Ryosuke conservaba su tono burlón en la voz, Yuto simplemente se dedicaba a observar.
-¡No es mi protector! Es mi… es mi… amigo…-
Dijo esto último con duda y remordimiento.
-Vaya, pues no suenas muy convencido, ¿Acaso se pelearon?-
-Eso no te incumbe-
-Claro, no me incumbe, lo que pase entre ustedes dos me tiene sin cuidado, así que, vámonos Yuto, tengo hambre-
Y sin más, Ryosuke se giró para continuar con su camino, Yuto estaba por hacer lo mismo, pero miró de reojo a Chinen, pudo notar como su mirada se tornaba triste y sus ojos se llenaban de lágrimas, no podía dejarlo así, después de todo tenía que aceptar que la actitud y palabras de Ryosuke habían sido demasiado hirientes, pensó en acercase a él, pero no sabía que decirle, además, lo que hubiese sucedido entre Chinen y Ryosuke no tenían nada que ver con él, así que sin más, continuo con su camino detrás de Ryosuke.