viernes, 29 de noviembre de 2013

House of Shame [Cap. 2]

Capitulo 2
Descubriendo intensiones

Le costó trabajo decidirse a salir de su habitación, pero cuando al fin lo hizo se encontró con todos cenando tranquilamente, Yuto ya no esta ahí lo cual lo tranquilizó y lo motivo a integrarse con los demás.
-Si que estabas cansado, creo que dormiste demasiado-
Le dijo Yuko-san mientras se levantaba para servirle la cena.
-Si, lo siento-
-Bueno, al menos ya no estás tan rojo, ¿Tuviste fiebre?-
Yamada se sintió un poco incómodo y torpemente negó con la cabeza mientras tomaba asiento.
No había estado dormido y definitivamente no había tenido fiebre, al contrario, tan solo estuvo tumbado sobre su cama, mirando el techo y recordando el momento en que fue besado… esa sensación aún seguía tan fresca que no podía controlar lo que esto provocaba en él.
-¿Yama-chan estuvo todo el día aquí? ¿No vas a la escuela? ¿Trabajo?-
Fue Chinen quien pregunto con sorpresa. Yamada respiró profundo, olvidó todos sus pensamientos y respondió tranquilamente.
-Voy a la escuela, solo que aún no termino de tramitar mi cambio, lo haré mañana-
-¿Tu cambio?-
Preguntó Chinen nuevamente.
-Así es-
Respondió mientras miraba satisfecho la comida que Yuko acababa de servirle.
-¿Y en dónde trabajas?-
Le preguntó Takaki.
-Ah… bueno… no lo sé-
Respondió con dificultad, no había contemplado aquello. De alguna forma comenzaba a sentirse incomodo por las preguntas, sin embargo guardó las apariencias y comenzó a comer.
-¿Cómo que no sabes? Por si no lo habías notado, aquí hay que pagarle una renta a Yuko-san-
Dijo Hikaru con la boca medio llena de comida. Ahora él también parecía integrarse al interrogatorio. Las miradas llenas de curiosidad se posaban sobre él. A excepción de Keito, quien solo parecía concentrado en lo que hacía.
-Ah… si, lo sé-
Yamada trato de mostrarse tranquilo. Yuko-san volvió a la mesa con un poco de jugo para Ryosuke y les dijo.
-Dejen de molestarlo, es su problema si trabaja o no, ¿Verdad Yamada-kun?-
Ryosuke sonrió aliviado, miró a Yuko con cierta complicidad y gratitud. Todos lo miraron intrigados, a excepción de Keito, el cual terminó de cenar primero y  no dudo en levantarse, agradeció por la comida y se marchó.
-Gracias por la comida-
Dijo antes de marcharse. Nadie lo detuvo ni hizo el menor esfuerzo por hacerlo, al parecer era normal esa actitud en él, así que decidió no prestarle mucha atención.
-¿Qué estudias?-
Le preguntó Chinen quien al parecer quería saber un poco más.
-Literatura-
-¡Vaya! Debe gustarte leer mucho-
Exclamó Chinen, ante lo cual Yamada tan solo sonrió y continuó comiendo.
Al terminar de cenar se puso de pie y se dirigió al jardín, necesitaba un poco de aire fresco. Habían sucedido tantas cosas y se sentía abrumado de tan solo recordar lo sucedido con Yuto. Además de que no encontraba las palabras ni la forma para decirles a los demás de donde venía y los motivos por los cuales estaba ahí. No se sentía listo de todo para contar esos detalles.

Cuando terminó de comer, Hikaru se levanto de la mesa y exclamó.
-¡Aún tenemos una celebración pendiente!-
Chinen y Takaki lo miraron sonrientes, después miraron hacia donde Yamada se encontraba.
-Tienes razón. Tú ve por Keito y nosotros nos encargamos de que el invitado de honor se sienta en confianza-
Dijo Chinen mientras sonreía entusiasmado, Hikaru asintió y se levantó para ir a la habitación de Keito.
-A mi me encantaría quedarme pero tengo unos pendientes que arreglar, estaré en el piso de arriba así que asegúrense de no hacer ningún desastre-
Indicó Yuko con voz seria, sin dejar a un lado esa sonrisa de su rostro. Al parecer enfatizó la palabra desastre mientras miraba a Takaki y a Chinen, quienes asintieron y decidieron ir por Yamada, quien continuaba en el jardín.

-¿Piensas quedarte aquí mucho rato?-
Le preguntó Takaki mientras se acercaba y se detenía a su lado.
-¿Eh? Ah, no-
Respondió con torpeza al notar su presencia, lo cual lo sacó de sus pensamientos.
-Hikaru quiere festejar y darte la bienvenida a la casa, anímate un poco y disfruta-
Le dijo Chinen con una sonrisa animada. Al observarlo seguía pensando que aquella sonrisa era adorable, pero ese extraño brillo en sus ojos era siniestro.
Dejando todo eso de lado, le parecía una persona fiable, al igual que Takaki, por lo cual les regaló una sonrisa de agradecimiento y los acompaño de regreso a la sala.
De pronto se escucharon voces, al parecer Keito y Hikaru discutían.
-¡Ya te dije que no quiero! ¡Tengo que terminar mi reporte!-
-Eso lo puedes hacer después, anda, acompáñame y deja se ser huraño-
De pronto apareció Hikaru, quien llevaba del brazo a Keito.
-Iremos a comprar unas cosas, no tardamos-
Y así, llevado a la fuerza, Keito no tuvo más opción que dejarse llevar por Hikaru, como siempre.
Yamada los observó fijamente y no pudo evitar el pensar que algo sucedía entre ellos dos, sin embargo no era del todo claro.
Takaki y Chinen se miraron sonrientes y sentaron a Yamada en uno de los sillones.
-Te vas a acostumbrar, ya lo verás-
Le dijo Takaki como si con eso buscara tranquilizarlo.
-¿Siempre son así?-
Preguntó curioso, refiriéndose a Hikaru y a Keito.
-Hikaru está empeñado en invadir el mundo de Keito, revolverlo y dejarlo en caos-
Explicó Chinen como si fuese algo sencillo de entender. Sin embargo Yamada se confundió un poco.
-¿Quieres decir que solo lo hace por molestarlo?-
-Algo así, creemos-
Le respondió Takaki, quien pareció dudar de su propia respuesta.
-A pesar de su apariencia, Hikaru es una persona seria, de alguna manera ha logrado encapricharse con el pobre de Keito y no sabe hacer otra cosa que invadir su privacidad, dice que quiere romper ese “bello y fino cristal”-
Yamada trató de reflexionar y pensó que tal vez ese “bello y fino cristal” fuese una analogía para referirse a Keito.
-¿Sin alguna razón o motivo?-
Preguntó Yamada.
-No estamos seguros, podrían ser tantas cosas y ninguna puede ser cierta, así es Hikaru-
Le respondió Takaki mientras se cruzaba de brazos. Esto no aclaraba mucho las cosas pero al menos podía darse una ligera idea.

Minutos más tarde Hikaru y Keito volvieron, el primero cargaba un par de bolsas de compra y el segundo una pequeña caja, al parecer llevaba un pastel dentro.
-No sabemos bien que te gusta pero espero y las fresas sean de tu agrado-
De forma inmediata y reaccionando como un niño pequeño, exclamó con entusiasmo y un brillo de felicidad infinita en la mirada.
-¡Me encantan las fresas!-
Todos rieron al ver su infantil reacción y tan solo pudo sonrojarse mientras ocultaba su rostro.
-Bien, he traído cerveza para los grandes y jugo para los niños-
Dijo Hikaru mientras sacaba el contenido de ambas bolsas y colocaba las botellas sobre la mesa.
-Con niños te refieres a ti y a Yuya ¿Verdad?-
Dijo Chinen con burla mientras ponía sobre la mesa unos vasos de cristal.
-¡Claro! Pero como Yuko-san seguramente se enojara si ustedes toman cerveza, Takaki y yo seremos buenos y nos la tomaremos por ustedes-
Fue así como la fiesta de bienvenida para Yamada inició, con risas y buen ambiente, justo lo que necesitaba para olvidar lo ocurrido en la tarde, al menos por ese instante.

El festejo fue agradable, comió dos rebanadas de pastel y disfrutó de la compañía de todos. Encontró la manera de evadir preguntas incomodas y de pasar un rato divertido.
Cuando se terminó el pastel y las bebidas, todos comenzaron a recoger y a limpiar.
-Bien, de ahora en adelante eres un miembro de esta casa, si necesitas algo puedes acudir a cualquiera de nosotros-
Le dijo Hikaru, finalizando así la celebración.
-Muchas gracias a todos-
Yamada se reverenció y después les sonrió, estaba feliz, sentía que había encontrado un buen lugar para vivir y eso lo llenaba de tranquilidad.
-Hasta mañana-
Se despidieron todos, cada uno se marchó a sus habitaciones, apagando la luz de la cocina, sala y comedor.

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-Es un chico interesante-
Dijo Chinen mientras se desplomaba sobre la cama de Takaki y rodaba un poco sobre ella, desacomodando las cobijas.
-No hagas eso-
Lo regañó Takaki, entonces se acercó a él y le revolvió los cabellos juguetonamente, después se alejó y tomó asiento en su escritorio, encendió su lámpara y abrió su cuaderno.
-¿A dónde se pensará trasladar?-
Ante la pregunta de Chinen, Takaki solo levantó los hombros y continuo escribiendo. Después de una larga pausa le dijo.
-Tal vez a nuestra universidad, no lo sé-
Chinen observó como Takaki se concentraba en sus apuntes y aquello lo molestó, después de todo no le estaba brindando la atención suficiente y no había cosa que lo molestara más que ser ignorado.
-¿Vas a hacer tarea ahora?-
Le preguntó con cierto tono molesto.
-Eso pretendo-
Dijo Takaki sin dejar de escribir.
Fue entonces que Chinen decidió ponerse de pie, se acercó sigilosamente al mayor y lo abrazó por la espalda, después le susurró al oído.
-Yuya-
Aquello le erizaba la piel, era una señal clara de que Chinen deseaba toda su atención, una atención muy especial. Sin embargo a Takaki le gustaba hacerse del rogar un poco, así que aparentó no prestarle atención.
-Yuya… no tengo sueño-
La seductora voz de Chinen lo hizo sonreír un poco. Trató de continuar con lo suyo cuando sintió la mano del menor infiltrarse por debajo de su camisa, a pesar de ser pequeño tenía brazos largos, y sus frías manos comenzaron a acariciar su pecho de una forma tan conocida, que sin embargo no dejaba de ser exquisita.
-¿Y yo tengo la culpa de que no tengas sueño?-
Preguntó Takaki con voz firme mientras dejaba su lápiz a un lado y se recargaba por completo en el respaldo de la silla.
-Si, es culpa tuya. ¿Cómo vas a remediarlo?-
Le dijo Chinen al oído.
-Gritas demasiado y nos van a descubrir-
Dijo Yuya mientras cerraba los ojos y sentía la cercanía de su rostro con el de Yuri. Luchaba por mantenerse firme aunque esto resultara un acto casi suicida, no iba a negarlo, también lo deseaba pero le gustaba ponerle las cosas difíciles al menor.
-Prometo no hacerlo, aunque no aseguro nada-
Yuya sonrió y abrió los ojos, mirando fijamente a Yuri, quien parecía impaciente.
-¿No aseguras nada? Pues deberías asegurármelo, no quiero problemas otra vez-
Sin embargo, Chinen continuo acariciando su pecho por debajo de la camisa, incluso comenzó a jugar con sus pezones, acariciándolos en círculos con sus dedos, como si jugara con ellos.
-Esta bien, no voy a gritar-
Dijo Chinen con una seductora sonrisa dibujada en el rostro. Fue entonces que se sentó sobre las piernas de Takaki y se colgó de su cuello.
-De acuerdo, solo lo hago porque no puedo resistirme a ti-
Chinen sonrió victorioso y no dudo en capturar los carnosos labios de Takaki con los suyos.
-Veamos como vas a sorprenderme esta noche-
Le dijo Chinen con voz suave, después volvió a besarlo mientras sentía las manos de Takaki acariciar su espalda por debajo de su ropa.

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Al estar de nueva cuenta en su habitación buscó su pijama y comenzó a cambiarse, acomodó su cama pero no sintió ganas de dormir aún, así que mejor se acercó al escritorio y tomó asiento en la silla. Recargó ambos codos sobre la superficie del mueble y comenzó a pensar mientras se decía en voz baja.
-Voy a necesitar un empleo… ¿Pero de que?-
Después giró sobre la silla y su mirada se clavó en la fotografía de sus padres. Cuánto los extrañaba. Suspiró y se puso de pie, se dirigió a la cama y se dejó caer.
-Tengo que ser fuerte, por ellos-
Poco a poco el cansancio se apoderaba de el, cerro los ojos y una vez más aquel suave aroma, del cual ya conocía a quien pertenecía, lo envolvió como si lo abrazara. Tal vez estaba imaginando de más, soñando cosas imposibles, pero le daba paz y tranquilidad, lo hacia sentir bien. De nuevo la sensación de los labios de Yuto sobre los suyos lo invadió, sonrió ligeramente y poco a poco quedo envuelvo en un sueño tan placentero que deseo no tener que despertar en un buen rato.

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A la mañana siguiente despertó debido al aroma del desayuno recién cocinado. Salió de entre las cobijas en medio de un bostezo perezoso y salió de la habitación con el cepillo de dientes en la mano.
Justo antes de tocar, salió Keito, envuelto de la cintura para abajo con una toalla, el torso húmedo y el cabello mojado.
-Adelante-
Le dijo con su habitual seriedad.
-Buenos días-
Le saludó Ryosuke mientras lo observaba caminar rumbo a su habitación.
-No se lo tomes a mal, él es así con la gente que no conoce bien, te vas a acostumbrar-
Le dijo sorpresivamente Hikaru, apareciendo detrás de él con una toalla sobre el hombro.
-Esta bien, de todas formas estoy acostumbrado a que me ignoren por la mañana-
Dijo Ryosuke con melancolía, después entro al baño para lavarse los dientes y hacer sus necesidades matutinas.
Al salir regresó a su habitación y se quitó la pijama, eligió algo sencillo para vestirse, este sería su primer día de clase después de haberse transferido exitosamente.
Acomodó todo lo que creyó necesario dentro de su mochila, incluyendo uno de los libros que aún no terminaba de leer desde hace varios días. Con una sonrisa motivadora salió con sus cosas de la habitación hacia el comedor, en donde un generoso desayuno lo esperaba.
En la mesa ya se encontraban Takaki y Chinen, al parecer conversaban de algo personal, por lo que solo se conformó con dar los buenos días y sentarse algo alejado de ambos.
-Buenos días Yama-chan, ¿Qué tal tu primera noche aquí?-
Le preguntó Chinen con entusiasmo, aquello comenzaba a volverse en algo fácil de ver a cualquier hora, se preguntaba si algún día sería capaz de verlo de mal humor.
-Bastante tranquilo y muy cómodo-
Dijo esto sonriéndole a Yuko-san, quien acababa de tomar asiento después de dejar una gran jarra con leche en medio de la mesa.
-Me alegra saberlo, ahora come algo antes de que te vayas a la escuela-
Era extraño admitirlo, pero de alguna forma se sentía la presencia de Yuko como la de una generosa hermana mayor para todos. Ese tal Yuto era en verdad afortunado por tenerla.
Yuto… Yuto… por un instante sus mejillas se tornaron un poco rojas al recordarlo y para apartar aquellos pensamientos tomó un poco de leche fría, tal vez eso ayudaría a despejar sus raras ideas y pensamientos.
Era extraño, jamás había pensado en alguien tanto tiempo y al mismo tiempo sentirse de tantas formas, enojado, avergonzado, emocionado y con ganas de golpearlo. Además de la curiosidad de saber que más hubiese ocurrido si no los hubiesen interrumpido en ese momento.
“-¡Tonterías!-“
Se dijo mentalmente mientras comía de prisa. Nadie pareció notar su extraño comportamiento por lo que agradeció profundamente.
Poco después llegaron Hikaru y Keito, tomaron asiento e iniciaron un tema de conversación común y corriente, Ryosuke no pudo poner la atención suficiente debido a que su mente se encontraba en otro mundo.
De pronto, y de forma inesperada para todos, se escucho el sonido de la puerta abrirse y enseguida se escuchó una alegre voz que para Ryosuke ya era conocida y que le provocó un escalofrío por toda la espalda.
-¡Buenos días a todos!-
Era Yuto.
-¿Qué haces aquí tan temprano?-
Le dijo su hermana mientras se ponía de pie y se acercaba a él.
-Solo vine a desayunar las delicias que preparas, no tenía ganas de hacer algo para mí, además me desperté más temprano de lo normal para venir, no deberías hablarme tan fríamente-
Todos miraron por un instante a Yuto, menos Ryosuke, quien hizo un esfuerzo sobrehumano para continuar con su desayuno.
-¿Cómo están todos?-
Saludó Yuto, quien ya estaba cerca del comedor, justo a espaldas de Ryosuke.
-Sorprendidos de verte por aquí tan temprano después de un largo tiempo-
Dijo Chinen mientras le sonreía amigablemente.
-Sé que deben extrañarme, yo hago un esfuerzo para sobrevivir sin ustedes-
Al parecer había sarcasmo en la voz de Yuto, al menos fue lo que Ryosuke pudo percibir.
-Es difícil para nosotros también, pero tratamos de no sufrir por ello-
Le respondió Takaki, había algo en aquella respuesta que intrigó a Ryosuke, algo más pasaba entre ellos dos pero no era el momento de preguntar, estaba aún más preocupado por tener que verlo a la cara y aparentar que lo del día anterior no le importaba en lo más mínimo. Una tarea bastante ardua y que no estaba preparado para afrontar, así que solo se concentró en su comida.
Yuto tomó asiento a su lado de forma inesperada, estuvo a punto de seguir el impulso de girarse y mirarlo, pero prefirió llenar su boca con más pan y mirar fijamente su plato.
-Tal parece que alguien muere de hambre desde temprano. Come bien cachetón, no queremos que mueras de hambre-
Le dijo Yuto con cierta burla mientras lo miraba fijamente. Ryosuke no podía caer en su juego, no podía permitírselo, así que tan solo se dedicó a masticar y tragar todo lo que se había metido en la boca, tomó un poco de leche y se levantó de la mesa.
-Tengo que irme, nos vemos después. Gracias por la comida-
Todos lo miraron sorprendidos pero no dijeron nada, tampoco Ryosuke espero una respuesta, solo tomó rápidamente sus cosas y salió de la casa a gran velocidad, intentando no correr.

-Tal parece que alguien le tiene miedo a Yuto-
Bromeó Hikaru mientras untaba un poco de mantequilla en su rebanada de pan recién tostado.
Yuto no dijo nada, comió lo que su hermana acababa de servirle mientras su mente pensaba en algo, planeaba y tramaba.
-¿Sigues yendo a clases?-
Le preguntó su hermana mientras dejaba a un lado su taza con café.
-Por supuesto, acomodé mis horarios de trabajo con la escuela, todo va de maravilla-
-¿Cuándo me dirás en que trabajas?-
-No sé, cuando ya no trabaje ahí-
Respondió Yuto con indiferencia. Todos comieron en silencio, el ambiente acababa de volverse un poco tenso, pero aún así ya lo conocían puesto que así solía ser cuando Yuto vivía en aquella casa.
De pronto Keito se levantó de su asiento.
-Gracias por la comida-
Y se marchó, seguido por Hikaru quien terminó su vaso de leche con gran premura, agradeció por los alimentos y se fue, evidentemente detrás de Keito.
Takaki y Chinen terminaron al mismo tiempo.
-Te veremos más tarde, Yuto-
Se despidió Chinen. Takaki no dijo nada y tan solo se marchó junto a su pequeño novio.
Yuto observó como todos se marchaban, aún así termino de desayunar tranquilamente.
-¿Estás seguro de que no le hiciste nada extraño a Yamada-kun ayer?-
Le preguntó su hermana en tono acusador.
-Ya te dije que no, eres mi hermana, debes confiar más en mi-

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-No soporto a ese tipo-
Refunfuñó Yuya mientras apresuraba el paso, dejando a Chinen atrás.
-¿Y por eso la pagarás conmigo?-
Sin embargo esa pregunta no fue respondida ya que Takaki se adelantó tanto que seguramente no lo había escuchado, y si lo hizo simplemente optó por ignorarlo.
Chinen sabía bien la razón por la que Takaki odiaba a Yuto y eso no hacía más que demostrarle lo mucho que significaba para el mayor. En el tiempo en el que Yuto vivía en la casa de huéspedes, y antes de que tuviera una relación con Takaki, solía “jugar” con Yuto a toda clase de cosas, ambos no se lo tomaban en serio, no era más que un pasatiempo para obtener un poco de placer sexual, solo eso. Sin embargo para el mayor resultaba difícil de entender.
-Eres tan infantil-
Le dijo en cuanto lo alcanzó en la parada del autobús.
-No lo digas de esa forma, sabes que no lo soporto. No entiendo para que vino-
-Es obvio-
Le respondió Chinen con una sonrisa dibujada en el rostro, lo cual provocó que Takaki lo mirara con sorpresa y un evidente sentimiento de ira que trataba de contener con todas sus fuerzas. Una clara señal de celos.
-¿Qué es obvio?-
Preguntó golpeado.
-Las intensiones de Yuto, el no vendría tan temprano si no quisiera molestar a alguien-
Takaki bufó al escuchar a Chinen, este no hizo más que sonreír aún más al notar el comportamiento de su novio.
-No me refiero a ti, Yuya-
El mayor lo miró confundido.
-¿Entonces? ¿Qué quieres decir?-
-Bueno, no estoy muy seguro pero probablemente quiera “molestar” a Yama-chan, el comportamiento de ambos es muy sospechoso. Al parecer Yuto ya le hizo algo-
Chinen parecía analizar aquello mientras lo decía, le resultaba interesante.
-¿Esas son las intensiones de ese sujeto?-
-Puede ser, de todas formas hay que esperar a ver que sucede, siento que va a ser algo muy interesante-

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-¿Me vas a seguir todo el camino?-
Preguntó Okamoto al detenerse abruptamente.
-No todo el camino. No es mi culpa que nuestro camino sea el mismo, tu vas a la escuela y yo al trabajo-
Respondió Hikaru con naturalidad, sonreía despreocupado.
-¿Ya tienes otro trabajo?-
-Bueno, gastar en taxis para emboscarte me ha costado más de lo que debería y tengo que pagar la renta, así que encontré un trabajo cerca de tu escuela-
Keito no supo si sonreír o mostrarse enfadado, no lograba comprender a Hikaru en lo absoluto, odiaba esa parte de él, odiaba no comprenderlo y a la vez aquello le atraía bastante. Si, una verdadera locura.
-Siempre me sigues, me buscas, invades mi espacio, mi vida perfecta la volteas de cabeza. ¿Cuándo me dirás tus intensiones?-
Hikaru sonrió, como siempre, dio dos pasos al frente y quedó bastante cerca de Keito, aprovechando la cercanía le preguntó en voz baja.
-¿Acaso quieres que tenga alguna intensión contigo? Porque podemos discutirlo ahora-
Siempre era así, bromas, juegos, burlas. Nada en serio. Eso no era justo, lo estaba volviendo loco, ansioso y lo estresaba. Sin lugar a dudas aquel sujeto era su peor dolor de cabeza, y aún así no pretendía alejarlo o deshacerse de él.
-Olvídalo, haz lo que quieras-
Le respondió de mal humor, no podía hacer más. Se miraron fijamente unos segundos. Fue entonces que Hikaru esbozó una gran sonrisa triunfante y antes de que Keito pudiese preguntar, alegar o decir cualquier cosa, el mayor solo dijo.
-Tú lo has pedido, haré lo que quiera-
Fue así que lo besó. Sorpresivamente, por asalto. Tomó el rostro de Keito con ambas manos para evitar que se alejara. Al principio Keito quiso resistirse, empujarlo y salir corriendo, pero esa maldita debilidad se apoderó de su cuerpo, respondiendo a ese beso tan salvaje que se convertía en algo adictivo y necesario.
Se besaron, intercambiaron suspiros y bocanadas de aire. Keito olvidó que se encontraban a mitad de la calle, hasta que el ruido de la ciudad volvió a sus oídos y reaccionó, alejándose rápidamente de Hikaru.
-Se me hace tarde-
Fue lo único que pudo decir, salió corriendo con el corazón casi atorado en la garganta. Al menos eso sentía.
Hikaru lo observó alejarse mientras sonreía aún más triunfante, metió ambas manos en los bolsillos del pantalón y continuó su camino.

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Llegar a la universidad fue sencillo. Después de haber estado en una universidad privada tal vez sería difícil adaptarse a una publica, pero se esforzaría.
Miró a las personas ir y venir, tenía que ir a la facultad para terminar el tramite de su traslado, y así lo hizo.
Después de preguntar tres veces dio con la oficina correcta y el tramite no le quitó más de diez minutos. Le entregaron una hoja de papel en la cual estaba impreso su horario. Al fin tomaría su primera clase y estaba emocionado.
Caminó por los pasillos buscando cuidadosamente el salón que le correspondía, cuando de pronto alguien le arrebató la hoja de papel que le cubría el rostro, levantó la mirada e imaginó su propia expresión de asombro.
-Vaya sorpresa, perdona mi brusquedad pero tenía curiosidad de saber si en verdad eras tu, Ryosuke-
La sonrisa en el rostro de Yuto le causó un revoltijo en el estomago, sin embargo se esforzó en no externarlo.
-En lugar de arrebatarme mi horario pudiste hablarme-
-Pensé en hacerlo, pero seguramente ibas a ignorarme-
Yuto tenía razón, con toda seguridad Ryosuke lo hubiese ignorado si le hablaba.
-¿Me lo puedes regresar? Tengo clase en unos minutos-
Pero al parecer Yuto prefirió ignorar aquello y dijo con interés.
-Vaya, tu horario resulta interesante, nuestras carreras son distintas pero, puedo hacer tiempo para verte-
Mientras decía esto, sacó su teléfono móvil y con este le tomó una fotografía a la hoja. Esbozó una gran sonrisa y miró a Ryosuke de vuelta.
-Toma-
Ryosuke quiso preguntar porque había hecho aquello, pero algo le dijo que no obtendría una respuesta.
-Te veo a las diez en la cafetería-
-¿Para qué?-
Preguntó confundido ante la orden de Yuto. Este lo miró divertido y se inclinó un poco para decirle al oído.
-No he terminado de conocerte, vives en mi casa y ayer dejaste que te besara. Es natural sentirme intrigado por todo eso ¿No lo crees?-
El rostro de Ryosuke se tornó ligeramente rojo.
-Ayer yo… no sabía lo que estaba haciendo, no te lo tomes tan en serio…-
Su voz temblaba, maldijo en su interior ser tan débil y demostrarlo tan fácilmente. Por otro lado, Yuto no hizo más que sonreír y le dijo con cierto tono de voz que le robo el aliento.
-Entonces me cerciorare de que para la próxima si sepas lo que haces-
Dicho esto le revolvió los cabellos y se alejó con paso triunfante. Ryosuke intentó volver a la realidad pero le costaba trabajo, su corazón latía con demasiada fuerza y las mejillas le ardían de vergüenza.

Al parecer la intensión de Yuto era jugar, estaba bastante claro y él tenía dos opciones, escapar o seguirle el juego. Complicado de imaginar y de aceptar. Aún así tenía tres horas para decidirse, seguramente las tres horas más estresantes de su vida.

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Ultimamente había estado más concentrada en "HbH" (Heart by Heart) y por eso lo publiqué un poco más rápido. Después me entretuve en un oneshot TakaNoo del cual dudo que sea oneshot porque... van 16 hojas (6,962 palabras) y no termino! LOL
Así que igual se vuelve TwoShot, pero no lo publicaré hasta terminarlo para no sufrir después con la segunda parte y así xD
Ahora, un capitulo más de HoS (House of Shame) -quiero abreviar así los fics xD- Espero y les haya gustado, si tienen algún comentario, queja o sugerencia pues... aún no lo pueden poner aquí ya que el berrinche no se me ha pasado -flojera de volver a configurar también-
Siento que este capitulo no es tan interesante, de echo lo siento súper flojo y equis, pero ustedes deciden y espero que me lo hagan saber de alguna manera.
Eso es todo por ahora, la siguiente actualización será el fic ganador de la encuesta :D